Confirma Antonio Ferreyra huelga en el STASPE
MORELIA, Mich.. 21 de mayo de 2016.-Aquí, esa mamada legal que autoriza el matrimonio igualitario y lo del tornillo con la tuerca, vale madre.
Aquí hay puro amor, éxtasis.
Labio con labio, a veces con bigote, otras con barriga de por medio. No hay pedo.
Es el mundo real llamado gay.
Hay de todas las edades y condiciones sociales.
Pero se aprecia un común denominador: nadie es lacra. Billete tras billete, moneda tras moneda, respaldan los consumos etílicos.
Ya se cumplieron los plazos legales para todo antro, pero en este, aún se da el margen, la oportunidad y el tiempo para aventarte una Dos Equis Lager, esa cerveza mala, que nada tiene que hacer frente al icono cervecero nacional: Grupo Modelo.
Avezado reportero se introduce al santuario gay, sin mal calificativo.
Se es respetuoso. Dijera un clásico: “respeta para que te respeten”.
La ebullición sale.
Una dulce, aquella guapa hembra y cantante de los 80’s, emerge en medio de una densa cortina de humo.
Y para sorpresa, se la ve más joven y delgada. Hasta me atrevería decir que más guapa y atractiva…pero era tornillo.
Se hace acompañar de la jarocha, Yuri. Ambas se revientan el clásico: cuando baja la marea.
Allá, a unos metros y bajo el pilar de cantera, dos jóvenes en pleno faje.
Yo, en barra. Trago el sorbo de la mala cerveza y siento un apretón en el culo. No me sorprendo. Estaba en zona de guerra.
Pero si salió la caballerosidad: “disculpa, fue sin mala intención”, eyacula verbalmente el pretendiente.
Aún así, sus ansias pretenciosas prosiguieron.
“¿Vienes sólo..?
-¡No! eludí.
“Me acompaña un pedo fenomenal que traigo”, respondí.
Y no era para menos. Mi estómago cargaba dos litros de “perrito”, ese que se llama Black and White, de casa Buchanas. Noble, por ciento.
Y a lo que iba.
-Oye compa, ya que estamos en el desverije ¿qué opinas de esa madre que aprobaron los diputados y que les permite casarse?
Sin rubor aclara: “los diputados son más putos que nada ¡mira que tratar de definir el futuro de nosotros! Que mejor se cuiden las manos entre ellos y no sean tan pendejos, rateros e inútiles”.
Zas y recontra zas.
Una opinión pública sobre nuestra flamante sistema parlamentario.
También se la mentaron al Cardenal, pero por temor mío a ser excomulgado, no lo refiero.
“Que revisen el caso de los pinches sacerdotes pederastas. Que no pinches mamen”, explotó.
“Es un avance en materia de derechos civiles. ¿Pero a quién chingaos le importa si nos casamos a no?, refuta.
“Aquí hay muchas cabronas casadas, con mujer e hijos ya siguen de cabronas. Quieren tornillo. Y aquí lo consiguen”, confiesa.
Y en efecto. Se ve pasión, mucha pasión. Amor, besos, abrazos y fajes.
Boca con boca y cosa con cosa.
Y es que la jotería, sin caer en lo despectivo, es similar al alcohol: no contempla edades ni posición social.
Es más, diría que es un status. Así se ve. Son hombre que se ven firme en sus convicciones y determinaciones. Nada raro ni sorprendente.
Está el gordo, el flaco, el chaparro, el fresa, el nice, al indio, al blanco, el mamado, el que posa, el gorrón, el cazador, el padrote…¡y yo!.
El diálogo fluye.
“Que no se hagan pendejos. Lo que pedimos es que los pinches tiras (policías) no nos paren, extorsionen y sometan para quitarnos dinero. Creo que eso sería más avance”, sugiere.
Vuelve a posar las manos sobre mis desgastados glúteos traseros.
Entra mi convicción masculina y me retraigo.
Sólo agradezco el pequeño, pero franco diálogo.
Agarró mi copa con perrito y salgo.
“Aquí estaré para lo que se ofrezca, sentencia.
Apresuro el paso y viene a mi mente la materia de Maqeyinss y Hergamientas:
No se que sienta la tuerca cuando entra el tornillo.
Y no lo quiero explorar…