En Michoacán, personas de bajos recursos pueden interrumpir embarazo
MÉXICO, DF., 3 de enero de 2015.- Más baratas que una muñeca Barbie y hasta que un kilo de filete limpio de res, las granadas de fragmentación hoy abundan en México, según publica este sábado Milenio.
Diseñadas para lisiar, desmoralizar y matar, el aumento del uso y diseminación de granadas fragmentarias, de mano o antipersonales amenaza con salirse de control. Desde hace tiempo ya no solo están en manos de militares: por miles, las poseen tanto el crimen organizado como un creciente número de policías locales que han decidido dotarse de una herramienta destructiva más afín a la guerra que a tareas de seguridad pública.
Una investigación de Milenio basada en archivos del gobierno federal obtenidos vía transparencia permite dimensionar parte de la granadización que vive México, donde ya hay una granada —legal o ilegal— por cada 150 habitantes.
Es una penetración que tiene su origen en el sexenio de Felipe Calderón, cuando organizaciones criminales comenzaron a usarlas, alentando a que el gobierno respondiera con su propia producción. Desde 2006, según detallan datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la industria militar mexicana ha producido 712 mil granadas ofensivas, una cifra histórica (en 2013, con datos actualizados hasta junio, llevaba 43 mil ensambladas). Y le salen baratas: en 2007, año de la mayor producción de estas armas, cada una le costó 199 pesos. A manera de comparación, un kilo de filete limpio de res vale 259 pesos, según la Profeco. En tiendas del Distrito Federal el juego “Barbie diseño de modas” se vende en 399.
Las granadas de fragmentación no solo son baratas. Aunque difíciles de controlar, parece que todos las quieren: concebidas como un arma netamente militar, desde 2009 dejaron de ser de uso exclusivo del Ejército y la Marina. En medio de la ola de violencia vinculada al narcotráfico, el Consejo Nacional de Seguridad Pública determinó que había llegado el momento de equipar a las policías estatales con este tipo de armas, eliminando las restricciones para su portación por las mismas agencias que, a la postre, resultaron tener intensos vínculos con el crimen organizado.
La información completa en: http://www.milenio.com/