Se suman 2 magistraturas a pendientes por falta de consenso en Congreso
BRUSELAS, 24 de marzo de 2016.- Aumenta la presión sobre Bélgica, tanto por el flanco político —con un amago de crisis de Gobierno— como por el policial. Jalid el Bakraoui, el terrorista suicida que se hizo estallar en la estación de metro de Maelbeek, según la fiscalía, ya estaba en busca y captura por su implicación en los atentados de París.
El Bakraoui era sospechoso de alquilar, con ayuda de un falso documento de identidad belga a nombre de Ibrahim Maarouifi, una habitación en el pueblo belga de Charleroi que habría servido de escondite al grupo terrorista implicado en la masacre del 13 de noviembre en la capital francesa, según ha informado este jueves la fiscalía belga en un comunicado. El Bakraoui tenía 27 años y era nacido en Bruselas, de nacionalidad belga, y habría atentado en el metro, junto a las instituciones europeas, junto con otro terrorista, según informaciones de la prensa belga aún no corroboradas por la policía, según publica el diario El País.
El caso tiene miga. La orden internacional y el mandato de arresto europeo contra El Bakraoui se emitió el pasado 11 de diciembre, a petición del juez que instruye el proceso de los atentados de París, que acabaron con la vida de 130 personas. Hasta este jueves, las autoridades belgas habían informado de que tanto Jalid el Bakraoui como su hermano Brahim —que se hizo estallar en el aeropuerto de Zaventem, y que está dando también quebraderos de cabeza a Bélgica tras la acusación de Turquía de haberle devuelto a Holanda tras interceptarle en la frontera con Siria— no estaban fichados por vínculos con el yihadismo radical. Así lo declaró ante la prensa el miércoles el fiscal general belga, Frédéric van Leeuw.
Según la reconstrucción de los ataques del martes en Bruselas, Jalid Bakraoui, de 27 años, murió en la explosión que supuestamente él mismo provocó en el segundo vagón del metro de la línea 1, a su paso por la estación de Maelbeek, muy próxima a las instituciones europeas. Jalid fue condenado a cinco años de prisión en 2011 por asaltos.
Su hermano Brahim, del que se tiene un perfil más claro, también había recibido una condena, en 2010, a nueve años de cárcel; al parecer por asalto. Estaba en libertad condicional, pero había partido hacia Siria y fue devuelto a la UE por las autoridades turcas, según informa Le Soir.
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