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MORELIA, Mich., 3 de mayo de 2016.- El ingreso de productos chinos no representa competencia alguna para los artesanos michoacanos porque la gente sabe valorar la artesanía, afirmó la presidenta de la Unión Estatal de Artesanos de Michoacán, María Emilia Reyes Oseguera.
“La gente dice que los productos chinos son baratos, pero no sirven; valora mucha gente nuestra artesanía; una guitarra de Paracho de la más económicas cuesta 500 pesos y una china 200, pero no se pueden tocar y la gente no lo valora, a lo mejor al principio se emocionaron con el precio pero no, nos afecta eso”.
Lo que les afecta, dijo, es la falta de materia prima para la elaboración de sus piezas y espacios para comercializar directamente sus productos para lo cual es necesario que se otorgue un mayor presupuesto al Instituto del Artesano Michoacano.
“Yo siempre lo he dicho, ahorita es Instituto, pero se llame como se llame, lo importante es que tenga recursos para que nos fortalezca a nosotros, que nuestros hijos tengan su estudio y tengamos para nuestra medicina, pero de eso no habla la ley, por eso estamos aquí”.
María Emilia participó este martes en el foro de consulta para modificar la Ley de fomento de Artesanal y fundamentalmente pidió se asigne un mayor presupuesto porque está convencida de que sin recursos no se puede hacer nada.
Opinó que el trato institucional es bueno, pero no les pagan los adeudos que se tienen por los premios que se hicieron en diversas comunidades aunque dijo desconocer el monto total de esa deuda porque ella no maneja dinero.
El director del Instituto, Marco Antonio Lagunas Vázquez dijo que la manera de apoyar a los artesanos en la adquisición de materias primas más abaratas, al comprarlas en conjunto, para abaratar costos pero para ello es necesario reactivar un fondo que se tenía.
Ese fondo tiene actualmente alrededor de un millón de pesos pero por las necesidades se requiere de un recurso inicial de al menos 10 millones de pesos para la adquisición de materias primas como oro, vidrio, cobre, barro o maderas.
“Podríamos hacer lo que sucede con el oro, el Instituto lo compra, se tiene importar desde Florencia, Italia; tenemos la posibilidad de que les llegue un poco más barato a los artesanos y en lugar de prestarles dinero se les presta el oro en especie, como si fuera un crédito y ya cuando venden sus piezas le pagan al Instituto”