En riesgo el trabajo con cantera; altos costos y de materiales, afectan
GINEBRA, Suiza, 19 de febrero de 2016 – Una media de dos niños se han ahogado cada día desde septiembre de 2015 mientras sus familias trataban de cruzar el Mediterráneo oriental, y la cifra de muertes de menores va en aumento, según la OIM, ACNUR y UNICEF. Las agencias hacen un llamamiento para que se refuerce la seguridad de aquellos que huyen de los conflictos y la desesperación.
Según un comunicado de prensa, desde el pasado mes de septiembre, cuando la trágica muerte del pequeño Aylan Kurdi captó la atención del mundo, más de 340 niños y niñas, muchos de ellos bebés, se han ahogado en aguas del Mediterráneo Oriental. La cifra total de niños y niñas que han fallecido ahogados podría ser incluso mayor, afirman las agencias, ya que muchos cuerpos han quedado perdidos en el fondo del mar.
“No podemos mirar hacia otro lado mientras ocurre esta tragedia en la que se están perdiendo tantas jóvenes vidas inocentes y futuros perdidos, ni fracasar a la hora de abordar los peligros que muchos otros menores están afrontando”, declaró el Director Ejecutivo de UNICEF Anthony Lake. “Puede que ahora no tengamos la capacidad para poner fin a la desesperación que provoca que tantas personas traten de cruzar el mar, pero los países pueden y deben cooperar para hacer estos peligrosos viajes más seguros. Nadie pone a un niño en un bote si cuenta con una opción más segura”.
La franja del mar Egeo entre Turquía y Grecia es una de las rutas más mortíferas del mundo para refugiados e inmigrantes. Las malas condiciones del mar en invierno, la sobrecarga y la ínfima calidad de las embarcaciones y de equipo de salvamento aumentan el riesgo de zozobrar, haciendo la travesía mucho más peligrosa.
“Estas trágicas muertes en el Mediterráneo son intolerables y tienen que terminar”, manifestó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi. “Es evidente que se requieren más esfuerzos para combatir el tráfico y la trata de personas. Además, en tanto que muchos de los niños y adultos que han muerto estaban tratando de reunirse con sus familiares en Europa, organizar vías para que las personas puedan viajar legalmente y de forma segura, a través de programas de reasentamiento y reunificación familiar, por ejemplo, debería ser la prioridad absoluta si queremos reducir la cifra de víctimas”, añadió.
El Secretario General de la ONU ha convocado una reunión de alto nivel sobre la responsabilidad compartida global a través del establecimiento de vías legales de admisión para los refugiados sirios, que tendrá lugar en Ginebra el 30 de marzo.
En un momento en el que los niños conforman el 36% de las personas que se están desplazando, la posibilidad de que se ahoguen en el Egeo al tratar de cruzar desde Turquía a Grecia ha aumentado proporcionalmente. En las primeras seis semanas de 2016, han fallecido 410 personas de las 80.000 que han cruzado el Mediterráneo oriental. Estos números suponen que se ha multiplicado por 35 frente a 2015.
“Contar vidas no es suficiente. Tenemos que actuar”, declaró William Lacy Swing, el Director General de la IOM en Ginebra. “Esto no es solo un problema del Mediterráneo, o incluso de Europa. Se trata de una catástrofe humanitaria en ciernes que requiere el compromiso de todo el mundo. El terremoto de Haití de 2010 no fue un asunto que concernió solo a un hemisferio, como tampoco lo fue el tsunami en el sudeste asiático de 2004. Aquellos desastres fueron afrontados por un torrente de acción humanitaria. Lo mismo debe ocurrir esta vez”.