En Michoacán, personas de bajos recursos pueden interrumpir embarazo
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero de 2016.- Una cacería, es como definen lo que ocurrió durante casi dos horas en el interior del penal Topo Chico. Un grupo de internos sacó de sus celdas a otros reos y los llevaron a empujones a las crujías C-2 y C-3, donde fueron agredidos uno por uno por varios sujetos, en muchos casos hasta la muerte, según publica el diario El Universal.
El ataque fue de zetas contra zetas por el control del penal. El grupo agresor tenía identificados a los “sentenciados” y los fueron cercando; la saña llegó al extremo de quemar vivos a algunos internos al aventarlos a los colchones e incendiar los muebles.
El Universal se acercó a una decena de familiares de presos que pudieron entrar a la cárcel a verificar que sus parientes se encontraran bien; todos accedieron a hablar, pero al llegar al tema sobre quién inició la matanza o de qué grupo eran la mayoría de los fallecidos, eluden las preguntas y hasta piden omitir sus nombres.
Narran las versiones de sobrevivientes y testigos del penal, después de horas de angustia, de la respuesta tardía del gobierno, del obtener información a cuenta gotas para conocer la situación de los familiares.
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