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MÉXICO, DF., 27 de enero de 2016.- Durante muchos años, dos de los agentes más importantes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) le siguieron la pista a Joaquín, El Chapo Guzmán para tratar de conseguir lo que, hasta el año pasado, era considerada como una misión imposible: su extradición para ser juzgado ante tribunales estadounidenses.
De acuerdo al diario El Universal, el primero de ellos, Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la DEA, contribuyó de forma crucial en su detención en Guatemala en 1993, en una operación conjunta con los servicios de inteligencia de ese país y el gobierno de México.
Tras esa captura, El Chapo Guzmán se fugó de la cárcel de Puente Grande, en Jalisco, en enero de 2001. No sin antes tratar de negociar con la DEA su no extradición a Estados Unidos a cambio de información sobre las rutas de la droga, los nombres de agentes policiales y funcionarios del gobierno mexicano a los que sobornaba y la lista de algunos de sus adversarios en el negocio del narcotráfico.
Información completa en El Universal.