Captación de agua pluvial en casas es una inversión: especialista
MORELIA, Mich., 22 de marzo de 2011.- El 70 por ciento de las familias mexicanas tienen dificultades para adquirir una vivienda por lo ven en la necesidad de endeudarse para adquirir una.De acuerdo a una estadística presentada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Michoacán es uno de los estados con más crisis de vivienda, al igual que Baja California, Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Puebla y Veracruz.De acuerdo a un reportaje de El Universal, en el Distrito Federal al menos 2 millones de sus habitantes —dice la Sociedad Hipotecaria Federal y el Centro de Investigación y Documentación de la Casa— viven en condiciones precarias y de hacinamiento.Desde hace 16 años, estas cinco familias mexicanas decidieron establecerse ahí ante su incapacidad económica de adquirir una vivienda nueva en un lugar más accesible o al menos, sin riesgos latentes.En el reporte “Estado de la vivienda en México 2010”, ambos organismos citados, señalan que en todo el territorio nacional 8 millones 946 mil 725 familias —es decir, dos de cada 10 hogares según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)— viven en condiciones de hacinamiento, o en casas construidas con materiales precarios o en deterioro.En ese informe elaborado con estadísticas del propio gobierno mexicano, se reconoce, además, que 70% de las familias tiene dificultades para adquirir una vivienda con sus ingresos disponibles, lo que quiere decir que necesariamente tienen que endeudarse para cubrir esa necesidad básica. Pero 20% de las familias más pobres ni siquiera puede acceder a créditos.Detalla que los estados con más crisis en vivienda son Baja California, Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Veracruz.De acuerdo con un documento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señaló que para sustentar un crédito al gobierno de México en julio de 2010, “la demanda por atender se concentra en sectores de menores ingresos y rurales o semiurbanos, a los que, sea por precio, por dificultad de verificar ingresos, o por ubicación geográfica, los actores de mercado y las instituciones públicas de vivienda no están atendiendo suficientemente”.Agrega que las Sofoles y bancos “apenas se han adentrado en el mercado de ingresos menores a siete salarios mínimos”, y aunque los programas del Infonavity Fovissste llegan a familias de menos ingresos, las exigencias de formalidad laboral como asalariados limitan su alcance, por lo cual, para atenderlos el papel de la SHF es crucial. Los especialistas consideran un fracaso la política nacional de vivienda, pues critican que ésta considere a la vivienda como una mercancía y no como un derecho de la población.“Dejar que el mercado por sí mismo haga las cosas ha creado muchos problemas. Los subsidios para vivienda ahora son pocos y los desarrolladores privados hacen lo que les da la gana.“La disminución del control del Estado en esta materia ha sido negativa para el país”, dice Martha Schteingart, investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colegio de México.“Estamos ante un fracaso total en política de vivienda porque no hay viviendas para quienes más las necesitan y las que hay disponibles son caras y no cumplen con los mínimos estándares de calidad, son pequeñas, con servicios limitados y alejados de los centros urbanos”, dice René Sánchez, coordinador del Consejo de la Defensa de la Vivienda.El artículo 4 de la Constitución señala que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”. Pero en el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) —encargado, sobre todo, de construir vivienda de interés social para los trabajadores del sector privado— reconocen que ese derecho es limitado.El chiquero y la desgraciaCuando Ilda se casó y llegó con su esposo y una ilusión a la delegación Álvaro Obregón, su suegra, quien ya ocupaba el terreno en los linderos del río Santa Fe, le ofreció como casa uno de los chiqueros donde criaba a puercos.Vivió bajo el techo de lámina durante cinco años hasta que su esposo pudo construir con ladrillo el cuarto de metro y medio que habita con su familia en la actualidad y en donde nacieron sus tres hijos. Pero vivir en esas condiciones y en ese lugar le ha traído pura desgracia. Hace 14 años, una inundación hizo que el río barriera con las casuchas de la orilla provocó la muerte de su cuñado. El hombre quiso proteger el inmueble con piedras pero cayó y se golpeó en la cabeza.Hace una semana, su esposo fue víctima de la delincuencia de la zona, que, como dice Ilda, merodea por todos lados, igual que la basura y la fauna nociva. Su pareja, de 38 años de edad, quien conducía un taxi pirata, fue a dejar a algunos de sus amigos a su casa, pero a unas cuadras del barrio, un asaltante lo apuñaló en el pecho y murió.Y así vive en su hogar. Ahora viuda, víctima de la delincuencia, atendiendo como puede las infecciones recurrentes de sus hijos, preocupada por las lluvias que vendrán y que podrían envalentonar al río y jalando a sus hijos de sus ropas cada vez que quieren ir al baño porque para eso tienen que salir de su cuarto y pasar con precaución por un pasillo estrecho por donde da vértigo, pues al asomar un poco la cabeza se ve la barranca, rocas, basura, animales muertos y el correr de las aguas negras . Vive así porque no tiene otra opción.Derecho para pocosDesde 2003, el entonces relator especial de Naciones Unidas sobre una Vivienda Adecuada, Miloon Kothari, advirtió, después de una visita realizada a México, que el país enfrenta “importantes problemas” en el sector de la vivienda.Desde entonces, el representante de la ONU estimó que el país necesitaba 750 mil viviendas nuevas satisfacer la demanda de crecimiento poblacional.“México ha puesto en marcha varios planes hipotecarios de vivienda, pero la mayoría de estos han estado orientados hacia los empleados de ingresos medios del sector estructurado, lo que prácticamente ha excluido a los pobres que están empleados en la economía informal, 40% de la población”.La investigadora Martha Schteingart coincide: “Se ha hecho muy poca vivienda para los pobres y desde finales de los 90 y principios del 2000 se empezó a construir mucha vivienda pero para la población que gana más de cuatro salarios mínimos. Tampoco hay suficientes programas de mejoramiento de la vivienda y por eso, los sectores más desprotegidos tienen que autoconstruir sus casas en terrenos irregulares, alejados y en zonas de riesgo”.Estadísticas preliminares del Consejo Nacional de Vivienda (Conavi) señalan que en 2010 se construyeron 370 mil 424 casas habitación. Sin embargo, el referido informe sobre vivienda 2010, apunta que la demanda anual es de 750 mil viviendas en promedio, según el número de matrimonios inscritos en el Registro Civil.De acuerdo con el Conavi, se estima que para 2030 habrá un déficit de 20 millones de viviendas, 7.2 millones por mejoramiento, 1.7 millones por rezago básico y 11.3 más por demanda de vivienda nueva debido al crecimiento de la población.