Trabajan por la trazabilidad del cultivo de guayaba
MORELIA, Mich., 12 de noviembre de 2014.- El ritmo de vida tan ajetreado hoy en día, los malos hábitos alimenticios y la irresponsabilidad para cuidar nuestro cuerpo puede llevar al ser humano a un punto donde preservar la vida se vuelva una prioridad.
El fumar 30 cigarros, beber litro y medio de refresco y comer picante en exceso diariamente llevó a Rodrigo Iván Maldonado López a un largo camino empedrado por el cáncer de esófago que durante un año lo mantuvo en una lucha constante que lo llevó hasta otro país en busca de la cura.
Después de 14 quimioterapias y 18 radiaciones a Rodrigo le tuvieron que extirpar el estómago, dos terceras partes del esófago, dos costillas y doce ganglios para poder seguir viviendo, tras su odisea y frente a un grupo de estudiantes relató todo lo que tuvo que vivir, pero sobretodo todo lo que pudo hacer -y no hizo- para evitar caer en las garras del cáncer durante la conferencia “Testimonios de vida, logros de guerrero”.
Si bien la predispocisión genética contribuye al desarrollo de cáncer, la falta de oxigenación del cuerpo y la alimentación incrementan exponencialmente las probabilidades de padecer ésta enfermedad; con seis familiares que padecieron cáncer aunado a los malos, el resultado fue inminente pero no letal para éste guerrero.
“Yo generé las condiciones para que se desarrollara, no es necesario que te pasen las cosas para cambiar, podemos experimentar en cabeza ajena, la disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia, seamos disciplinados en el cuidado de nuestro cuerpo, el que no valoramos” concluyó.