SAHUAYO, Mich., 27 de marzo de 2015.- “Vaya que si se tardaron, pero ahora sí, papelito habla”, dice don José Manuel, un viejo agricultor de la Ciénaga de Chapala, cuyas seis hectáreas se encuentran en el “Cerrito Pelón”, como también se conoce a la comunidad de Francisco Sarabia en los polémicos límites que separan a los municipios de Jiquilpan y Sahuayo.

Don Chema, como también le dicen, asiste al evento acompañado solamente de su hijo más joven, su nuera y su nieto, porque “los demás están del otro lado y nomás vienen en las fiestas. Vienen para esta Semana Mayor y no me van a creer que, ora sí, la tierra es de la familia y ya pueden mandar a sus muchachos a vivir aquí”, dice contento y agradece al presidente Enrique Peña Nieto por los títulos de propiedad que acaba de recibir.

Se queja de que la falta de certificados de propiedad no le permitía créditos ni seguros sobre sus cosechas, mucho menos el desarrollo de algún proyecto que le permitiera vivir mejor y evitar que sus hijos sigan yéndose a los Estados Unidos.

Don José había perdido la confianza hasta en sus amigos. “La familia de conseguir papeles desde 1939, pero siempre le sacaban a uno sus billetitossin resolver. El banco no nos prestaba dinero y nadie las quería asegurar. Yo creía que le íbamos a heredar el problema a los muchachos, pero mire”, dice mostrando el tubo que encierra los planos de su propiedad y el folder en el que guarda “el papelito que habla”.

Reconoce que había perdido la confianza hasta en sus amigos. “Aquí don Alfredo decía que nos iba a ayudar resolver el problema desde hace más de un año, pero francamente quién le iba a creer después de tanto tiempo”, señala el viejo agricultor con una sonrisa que no alcanza a ocultar su espesa blanca barba.

Y es que Alfredo Anaya Gudiño, diputado plurinominal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue uno de los principales promotores de este evento de entrega de 975 certificados de propiedad que amparan y dan certeza jurídica al patrimonio de casi mil familias de michoacanos.

Alfredo Anaya, por su parte, reconoce que él mismo fue parte del retraso en la entrega de los certificados de propiedad y que en cuatro ocasiones postergó el evento.

El diputado y empresario señala que el retraso adicional se debió a que “cada uno de los señores secretarios, antes Jorge Carlos Ramírez Marín y ahora el señor Murillo Karam querían que estuviera presente el señor presidente de la república por la magnitud del evento, y no solamente en su aspecto cuantitativo, sino en su aspecto cualitativo por la importancia que tiene que cada uno de ustedes tenga su título, tenga seguridad” en la tenencia de la tierra.

Para Alfredo Anaya, el acto de entrega de los certificados es un acto que trasciende cualquier interés político, porque en su consecución participaron todos con la única intención de impulsar el desarrollo social de los mexicanos más humildes, asegurando y dando legitimidad a su patrimonio.