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MORELIA, Mich., 16 de marzo de 2016.- Funcionarios de gobierno y académicos analizan alternativas que ayuden a disminuir los impactos ambientales y sociales que se derivan de la producción agrícola, ello con el propósito de detener el cambio de uso de suelo y la degradación de bosques y selvas; para lograr este objetivo, se reforzarán las legislaciones ambientales y se impulsarán alternativas de restauración en zonas degradadas.
“La producción agrícola de Michoacán es de las mejores en todo el país, queremos conservar el ritmo de producción pero también debemos vigilar que no sea a costa de nuestros recursos naturales, por eso tenemos el reto de encontrar alternativas con las que puedan armonizarse la producción de alimentos y la preservación del medio ambiente”, expuso Ricardo Luna García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (SEMARNACC).
Según un comunicado de prensa, así lo dio a conocer en reunión con académicos expertos en la materia y funcionarios del sector ambiental, donde todos los participantes reconocieron que el reto es mayúsculo, puesto que la demanda de alimentos no se debe detener, pero por otro lado es necesario encontrar medidas que garanticen el cuidado de un millón 200 mil hectáreas de bosques y 700 mil hectáreas de selva que se consideran como reserva ecológica de Michoacán.
“Es urgente transitar a mejores prácticas agrícolas y detener el cambio de uso de suelo para evitar mayores daños ambientales, porque sin los bosques tampoco podría generarse la producción de alimentos, porque las reservas forestales ayudan a regular los microclimas en las regiones productivas, fomentan la lluvia y, por consecuencia, la producción de agua; si no se actúa ahora, la vulnerabilidad ante el cambio climático podría generarnos mayores complicaciones ambientales y sociales”, explicó Ricardo Luna.
En este consejo participan investigadores de alto prestigio y que representan a las principales casas universitarias que existen en Michoacán. Junto con ellos, las instituciones de gobierno buscan alternativas de legislación, de fortalecimiento institucional, de promoción cultural para el cuidado ambiental y todo lo que sea necesario para encontrar prácticas de producción agrícola que sea armónicas con la naturaleza que provee servicios ambientales.
Entre las primeras alternativa planteadas, se coincidió en implementar una restauración ambiental donde participen directamente los productores agrícolas, ello a fin de fomentar la recuperación de flora y fauna en zonas deterioradas, considerando que esta es una acción que debe ser prioritaria.
“Se va solicitar explícitamente a todos los agricultores que asuman estas medidas, porque sin la inclusión de los productores no podríamos avanzar; además, este tipo de medidas les benefician también a ellos, porque sin la generación de agua, por ejemplo, o sin la recuperación de fauna como los insectos, no se podría mantener la producción de alimentos”, precisó el secretario Ricardo Luna.
En este tránsito a mejores prácticas agrícolas también se incluirán políticas estatales que privilegien la aplicación tecnológica para avanzar a una producción intensiva y no extensiva, ello implica que en las cerca de 1.1 millones de hectáreas destinadas a la agricultura en Michoacán, se logre una mayor y mejor producción alimenticia para evitar la expansión de las fronteras agrícolas.