Abre sus puertas la SSP para que infantes conozcan sus labores
MORELIA, Mich., 21 de mayo de 2013.- Con un acto protocolario deslucido y frío, el gobierno michoacano recordó el 118 aniversario del natalicio del general Lázaro Cárdenas del Río con una breve ceremonia realizada en el obelisco que otras generaciones de michoacanos levantaron en la memoria del presidente revolucionario de Jiquilpan.
La ceremonia reunió a los titulares del Ejecutivo municipal, Wilfrido Lázaro Medina, de las secretarías de Educación y de Gobierno, Jesús Sierra Arias y Fernando Cano Ochoa, respectivamente, de la mesa directiva del Congreso estatal, Fidel Calderón Torreblanca, del Poder Judicial, Juan Antonio Magaña de la Mora y de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Salvador Jara Guerrero, entre otras personalidades.
Fuera de la escena quedaron los viejos cardenistas y el pueblo en general que solía darse cita en el obelisco para rememorar a Tata Lázaro, como lo bautizó el pueblo cariñosamente; fuera quedaron también las multitudes y los grandes discursos.
Fuera también quedó el gobernador interino del estado, Jesús Reyna García, obligado a fungir como anfitrión de la reunión extraordinaria del gabinete en pleno de seguridad nacional que hoy sesiona en la convulsionada capital michoacana.
El discurso oficial, otrora reservado para el secretario de Gobierno o del Poder Judicial, estuvo a cargo de Manuel Anguiano Cabrera, titular del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Michoacán (Cecytem) y ex secretario de Educación en la entidad.
Ante poco más de un centenar de funcionarios de nivel medio del gobierno estatal, Anguiano Cabrera ponderó la obra económica, política y social del ex presidente Cárdenas, y destacó que “es necesario volver a la gente y rescatar el mensaje humanista del general que hoy cobra vigencia”.
El discurso del ex titular de la Secretaría de Educación se enfocó en recordar la lucha de Cárdenas del Río por “elevar la dignidad del pueblo mexicano, esa dignidad que lo eleva y ennoblece”.
Anguiano Cabrera concluyó su pieza de oratoria con un dejo de nostalgia que pareciera confirmar la mínima máxima de “todo tiempo pasado fue mejor”. Una levísima ronda de tímidos aplausos cerró el discurso para proceder a entonar, casi con prisa, el Himno Nacional con que concluyó el evento.