Convocan a reunión ante declaratoria de cerro Grande como área protegida
MÉXICO, 18 de marzo de 2016.- La Asamblea General de la ONU estableció que cada 21 de marzo se celebre el “Día Internacional de los Bosques”, fecha en la que se reconoce de manera especial a aquellos gobiernos, organismos internacionales, agencias especializadas y organismos de la sociedad civil por su trabajo y esfuerzo a favor de la conservación y desarrollo de las superficies forestales u otros tipos de vegetación en todo el mundo, dentro de los cuales se pueden encontrar bosques, selvas, desiertos y manglares.
Se reconocen también los esfuerzos de concientizar a la sociedad en la práctica de mejores usos de los bosques, para lo cual se promueve el desarrollo y puesta en práctica de normas o políticas que regulen e induzcan al consumo sostenible de los recursos forestales.
Esta conmemoración es importante puesto que pretende sensibilizar en la población lo imprescindible que son los bosques para la subsistencia de una gran cantidad de seres vivos.
Este año, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) realza la estrecha relación que siempre ha existido entre los bosques y el agua, recursos de los cuales depende el género humano para nuestra supervivencia.
Los bosques, gestionados de forma sostenible contribuyen en gran medida a disminuir la erosión local del suelo, así como los sedimentos en las masas de agua (humedales, estanques, lagos, arroyos y ríos) y detienen o filtran los contaminantes del agua en la hojarasca, lo que permite una disponibilidad regular de agua superficial y subterránea de alta calidad. Así, por medio de los bosques se tiene que el 75% del agua dulce mundial es utilizada para satisfacer las necesidades humanas.
En el 2015, el 30.6% de la superficie del planeta Tierra –alrededor de 3,999 millones de habitantes– estaba conformado por bosques, mismos que ofrecen un sinfín de productos como son los alimentos, derivados de hojas, frutas, hongos, miel e insectos. Se estima que anualmente consumimos alrededor de 11 kg de estos productos naturales por persona.
En lo que respecta a México, la gran riqueza de sus suelos se debe a la combinación de varios factores como son la diversidad de climas, la latitud geográfica, la altitud, condiciones atmosféricas variadas así como a la distribución existente de tierra y agua, los cuales favorecen a que en nuestro país exista el 87% de los tipos de suelo que hay en el mundo.
México posee una enorme variedad de grupos de vegetación, de los cuales el 49.5% aún persiste en su estado original (no ha sido transformada). Los grupos más representativos son: el matorral (29.6%), el de bosque de coníferas y encinos (16.6%) y la selva seca (11.9%).
En México, la superficie de bosque cubrió 693,285.8 km2 en el 2011 y se compuso de varios tipos de formaciones vegetales entre los que sobresalen el bosque de coníferas y encinos así como la selva caducifolia. Estas conforman más del 70% del total nacional y cubren gran parte de la Sierra Madre Occidental y Oriental y el Eje neo-volcánico.
Sin embargo, hay razones por las que no se han logrado alcanzar cifras más alentadoras en cuanto a reforestación y conservación de los bosques en el país:
En cuanto a incendios forestales, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) presentó el Reporte semanal en su edición 2015, el cual registra un total anual de 3,809 incendios con 88,538.14 ha de superficie dañada. Esto correspondió a un índice de afectación de 23.24%.
Otra causa importante de la degradación para cualquier bosque son las plagas y enfermedades que suelen afectar a grandes superficies arboladas. Por ejemplo, para el año 2014, el país reportó un total de 101,651 ha de superficie dañada, siendo Jalisco, Chihuahua y Oaxaca las entidades con mayor deterioro con valores porcentuales de 24.6, 8.9 y 6.3 respectivamente.
Los principales agentes causales nocivos para los bosques del país son los barrenadores de meliáceas, defoliadores y chupadores, descortezadores, enfermedades vasculares, muérdagos y plantas parasitarias de conos y semillas, así como plagas y enfermedades de raíz y otros, los cuales son combatidos con diversos tipos de tratamiento: químico, mecánico, preventivo y biológico.