El Año Nuevo en familia

MORELIA, Mich., 1 de enero de 2015.- Y el momento llegó, después de la cuenta regresiva y una rica cena en compañía de la familia, comenzaron los abrazos fraternos, los besos tiernos y los mejores deseos para vivir el año nuevo, celebración especial más esperada durante la época decembrina.

Para la mayoría de la gente, iniciar un nuevo año en compañía de los seres queridos es primordial, por eso los integrantes viajan cientos y miles de kilómetros para formar parte de una celebración especial.

Una exquisita variedad de platillos típicos, música, canto, baile, juegos, cohetes y la tradicional refriega de balazos al aire enmarcaron el inicio del 2015.

En un pueblo chico de Tierra Caliente se armó toda una fiesta popular.

Los niños prenden ‘cebollitas’ en la calle, a lo lejos se escucha a la banda tocar, la gente camina rumbo al Templo, en donde repicaron las campanas que llamaron a la Misa de Acción de Gracias.

En esta ocasión, por cuestiones de seguridad la celebración eucarística se convocó a las 21 horas y no cerca de la media noche como había sido la tradición en el lugar.

Y con justa razón las personas quieren regresar pronto a sus casas para sentirse seguros y despedir al año viejo, pues el comentario más sonado después de misa fue la lamentable muerte de un octogenario a quien intentaron asaltar.

Pero la fiesta se oye en cada casa, la celebración obliga a no dormir hasta entrado el nuevo año, por eso el concurrido ‘karaoke’ empieza a amenizar.

Nadie es artista y gana el que con más sentimiento canta, todo es válido para esperar el año nuevo, es tiempo de disfrutar.

Pero es justo a media noche cuando la realización del brindis aporta la dosis emotiva del momento.

El 2014 ya es pasado, las 12 uvas inauguran el inicio de una nueva etapa personal y como cada año, tampoco faltó uno que otro que sacó las maletas a pasear, barrió su casa y encendió las velas para procurar que la salud, dinero y amor no falten en el año nuevo.

Y la fiesta continúa, en el primer día del 2015 es la hora del recalentado, que sirve como el mejor pretexto para alargar la reunión familiar.