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MORELIA, Mich., 18 de diciembre de 2015.- Una tradición por excelencia durante las posadas y fiestas decembrinas, son las tradicionales piñatas, las cuales son llenadas con dulces o fruta para ser partidas con un palo de madera por los participantes divididos en turnos al ritmo de la canción dale, dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino.
El origen de las piñatas se remota al Medio Oriente, donde se tienen registros de que los chinos realizaban en año nuevo, sin embargo tras la conquista española en México se popularizaron al traer los evangelizadores estas artesanías para algunas celebraciones religiosas.
A partir de ello, es muy común en México romper piñatas en fiestas y reuniones familiares, sin embargo en la época navideña se utiliza la tradicional piñata navideña que consiste en siete picos distribuidos en los costados y parte superior.
Estos picos representan los siete pecados capitales de la religión católica, mismos que son adornados por papel de china en colores que simbolizan la tentación por sus formas vistosas de decoración.
Posterior a ello, la costumbre dicta que las personas participantes deben vendarse los ojos para comenzar a intentar romper la piñata en alusión a la fe ciega en acabar con los pecados y lograr romperla para disfrutar de la recompensa que son los dulces y fruta.
El material más utilizado para las piñatas era el barro para la base principal, sin embargo actualmente son más complicadas de encontrar debido a la reducción de costos con la implementación de papel maché y engrudo para realizarlas.
Se pueden encontrar piñatas de los 30 hasta los 450 pesos, dependiendo del tamaño y capacidad de cada una, además del diseño de las mismas ya que existen algunas con decorados sencillos y otros más elaborados.
Con la llegada de las posadas, estas se vuelven un producto muy solicitado por parte de la población que está deseosa de disfrutar un momento agradable con sus amigos y familia, además de disfrutar de unos buenos caramelos.