Avanza Seimujer en prevenir, atender y erradicar la violencia de género
MORELIA, Mich., 23 de enero de 2015.- La promesa que hizo el presidente Enrique Peña Nieto de “liberar” al país de la delincuencia es el mensaje correcto, “pero, desafortunadamente para el señor Peña, los mexicanos dudan cada vez más del emisor del mensaje”, señala la revista británica The Economist en un amplio artículo que titula “El pantano mexicano”.
De acuerdo con el semanario, México sigue en ebullición por el caso del secuestro y asesinato de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, cuyo avance está estancado, “y la principal respuesta política a la masacre del señor Peña es proponer una enmienda constitucional para desaparecer a las policías municipales que el Congreso podría no aprobar porque algunas de ellas están menos podridas que las fuerzas estatales que las reemplazarían”, considera la publicación especializada en economía y finanzas.
En defensa del gobierno, dice The Economist, el imperio de la ley no puede crearse en México de la noche a la mañana; llevará años, quizá décadas, alcanzar una policía confiable, pero “los críticos del señor Peña consideran que él está evadiendo la tarea más importante: castigar a los líderes políticos corruptos coludidos con el crimen organizado, y el gobierno mismo se encuentra manchado por el escándalo”.
El más reciente acto embarazoso para el gobierno mexicano, que reportó esta semana el diario The Wall Street Journal, refiere que en 2005 Peña Nieto compró una casa a un pequeño constructor que ha ganado una gran cantidad de contratos en su administración.
La información aparece después de la revelación de que Luis Videgaray, secretario de Hacienda, adquirió en 500 mil dólares en un exclusivo club de gol ubicado en el Estado de México con un crédito del propio vendedor que era una empresa propiedad del empresario Armando Hinojosa que ha sido beneficiado con un amplio número de contratos millonarios desde que Peña era gobernador del Estado de México y Videgaray su secretario de Finanzas. Ello confirma los íntimos nexos entre la administración de Peña Nieto con Grupo Higa, el imperio de Hinojosa, dice The Economist.
Tanto el presidente como su secretario de Hacienda se justifican con el argumento de que no han cometido ningún acto ilegal, pero su justificación elude la cuestión fundamental: en las democracias modernas a las que México busca integrarse, la clase mutuo respaldo que se dispensan el gobierno y el Grupo Higa es considerado un comportamiento inaceptable.
(Traducción de Miguel Ángel Sánchez. El artículo íntegro en inglés en http://www.economist.com/news/americas/21640397-president-who-doesnt-get-he-doesnt-get-it-mexican-morass?zid=305&ah=417bd5664dc76da5d98af4f7a640fd8a.)