Murciélagos, más cercanos a los humanos que los ratones: Bióloga
MORELIA, Mich., 17 de enero de 2016.- La investigadora Venecia Quezada Béjar, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, campus Morelia, desarrolla un proyecto para atender la problemática de una plaga de chapulín que afecta a productores del municipio de Erongarícuaro.
Destacó que este proyecto se centra en aplicar el agroecosistema en el cual se disminuirían los efectos producidos por el uso desmedido de insecticidas y fertilizantes químicos, pues la alternativa que ella plantea es ecológica.
“Estamos viendo un manejo para disminuir la plaga a base de manejo de agroecosistema y también de un bioinsecticida, que es con hongos”.
Aseveró que con esta estrategia pretenden ayudar a los productores de la región pues es su meta ver cómo subsanar los estragos de esta plaga y encontrar alternativas para disminuirla, pues eliminarlo sería complicado.
Otro de los investigadores de este proyecto, identificado como Miguel Nájera, indicó que este problema es complejo, pues en la zona del Lago de Pátzcuaro también se han registrado afectaciones, principalmente en la zona de la cuenca, así como el Bajío michoacano.
Proyecto a detalle
“La presencia del chapulín es altísima, hay pérdidas muy significativas y en general en todas las regiones de México está ampliamente distribuida la plaga y de unos años a la fecha van creciendo y las aplicaciones de insecticidas son indiscriminadas, básicamente de piretroides”.
Esta sustancia, dijo, es de los que más afecta al comportamiento de insectos benéficos, como las abejas, pues por un lado se usa de manera excesiva contra los chapulines y estos registran poco daño, en comparación con las abejas.
Indicó que su idea es estudiar dos agroecosistemas contrastantes, por un lado el monocultivo de maíz, y el otro, el policultivo, que es el que se da en las milpas, que incluye producción de maíz, calabaza, frijol y en otros incluso habas, y determinar si hay diferencias en las comunidades de chapulines en función de los sistemas de producción.
Posteriormente, pretenden encontrar cepas nativas de hongos patógenos de los chapulines para poderlos aislar y seleccionar las cepas más agresivas o virulentas y de ahí poder obtener un bioinsecticida que los propios agricultores puedan aplicar en sus parcelas, con una alternativa que ellos tienen en sus parcelas.
“Los aislados que se han estado obteniendo de entomopatógenos (organismo causante de enfermedades en los insectos) de hongos que infectan a los chapulines son nativos de la región y es buscar opciones de manejo local que los propios agricultores tienen en su parcela y que en un momento dado podrían reproducir y hacer aplicaciones en lugar de recurrir al uso de piretroides”.
Por ello, pretenden desarrollar una opción para atacar la plaga de manera natural, sin recurrir a sustancias químicas que afectan los cultivos y demás fauna que vive de estos.
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