Murciélagos, más cercanos a los humanos que los ratones: Bióloga
MORELIA, Mich., 22 de octubre de 2011.- Incisivo, áspero, conmovedor, el nuevo rostro de la denuncia social, fueron algunos de los epítetos, con los que varios de los asistentes al pre estreno del documental ¡De panzazo! definieron el trabajo del periodista Carlos Loret de Mola y el cineasta Juan Carlos Rulfo que presentaron al medio de día de este sábado en el marco de la novena edición del FICM.Lleno de escenas desgarradoras por lo dramáticamente real, en que viven millones de mexicanos en el tema educativo, Loret de Mola y Rulfo nos conducen alternadamente, de la irritación; a la hilaridad; de está a la rabia de la impotencia; al paroxismo previo a disparar el resorte de la movilización, y finalmente nos prepara para recibir la semilla de confianza, en que podemos mejorar y que miles de escuelas, maestros y alumnos cotidianamente aportan su cuota de transformación.Niños indígenas silenciosos, de frente a sus ancianas tutoras que con energía les exigen ¡hablen, hablen, no se queden callados! Digan que el maestro se enoja, los regaña, no les deja tarea ¡hablen! Para luego de frente a la cámara justificar ¡Ellos no hablan! ¡Deberían de hablar! Como en un cuento de Ibargüengoitia, telesecundarias ¡sin televisor! o sin la conexión a Internet, ó como el caso de una secundaria en Ciudad Juárez en donde el narrador exclama ¡irá, irá¡ los bancos desvencijados, el escritorio del maestro de desecho y “les voy enseñar algo feo, algo muy gacho…los bebederos y baños de la escuela”.La crudeza de las escenas, se magnificaban con el sustento de los datos: el promedio de ingreso para una persona con primaria es de 4 mil pesos; sube a cinco mil 500 con secundaria; llega a 6 mil con preparatoria terminada; las que cuentan con una licenciatura el promedio es de 14 mil y los pos grados se disparan hasta 52 mil pesos mensuales.Pero sólo dos, de los que entran a la primaria llegan al pos grado, haciendo de este país uno con muchos pobres que ganan poco y pocas gentes que ganan mucho.La fina línea entre la denuncia y la ironía, es manejado con maestría por Loret y Rulfo al tratar de indagar un solo dato, tan insospechado como revelador: ¿Cuántos maestros existen en México?Dato que lleva a uno de los comunicadores más carismáticos de la televisora más poderosa del país, a deambular desde las puertas de las oficinas centrales de la SEP – flanqueadas por celosos agentes de seguridad que lo turnan a “comunicación social, ¿no?”, hasta las instalaciones del SNTE, forrada de barrotes de acero (por aquello de los “boquetes” en los muros con que han penetrado en sinnúmero de ocasiones los disidentes) para encontrar un vacío total de atención y mucho menos información ¡Maestra Elba Esther! ¡Maestra Elba Esther! grita en varias ocasiones el desairado comentarista. La entrevista con la líder vitalicia del SNTE, tampoco tiene desperdicio, asiente que no existe una base de datos para saber cuántos maestros hay en México, pero que lo grave es que no sabemos en donde están, que hacen y como se desempeñan, para más tarde, intentar “ganarse” al conductor de televisa al estrechar su mano y pedirle “ayúdeme a exigirle a la SEP contar con ese dato”.Por su parte el Secretario Alonso Lujambio, también intenta “sacarle la vuelta” a los cuestionamientos de Loret de Mola al afirmar que no contar con una base de datos de todos los maestros en México no es “una crisis, es una situación del sistema educativo que tenemos desde 1992, pero que en ello nos ocupamos y debemos tener manzanas con manzanas y peras con peras”Más allá aún, una joya de declaración es la afirmada por Lujambio Larrazábal al contestar que el mercado negro de plazas magisteriales “ya no existe”; para que en escena subsecuente una desfachatada Elba Esther Gordillo exclame ¡¡uuuyy Carlos¡¡ ¡entre 50 o 100 mil pesos! La agudeza en el análisis de la académica Denise Dreseer, proporciona al espectador un contexto más amplio de lo que observa en la pantalla, al salpicar de comentarios inteligentes “Hay que crear maestros de excelencia, para crear alumnos de excelencia, ya que en México hemos convertido a los maestros en una sub clase mediocre, en donde se refugia los peores egresados de las universidades ya que se refugian en ese coto”.Particularmente al espectador Moreliano, conmueve la escena de una secundaria de la capital Michoacana en la que madres de familia y alumnos se quejan “dijeron que hoy si habría clases, si los muchachos se salen y les pasa algo en la calle, será responsabilidad de estos maestros que se niegan a dar clases, que no quieren trabajar”, mientras que tres jóvenes acostados en plena calle alegan ¡me hubiera quedado a dormir en mi casa!Al tiempo, que la voz en off de Carlos Loret, deja caer como loza conceptos irrebatibles: Las Normales, nada de normal tienen, se les instruye a los alumnos a repetir programas; en México contamos con muy buenos maestros, pero no reciben mejores salarios por ello. En contraparte, argumenta Loret de Mola, no hay consecuencias para los malos maestros o para los que ni siquiera acuden a dar clases.Las figuras de los últimos presidentes de la República desfilan por la pantalla, repitiendo que la educación es lo más importante, en una excelente visión retrospectiva la lideresa vitalicia del SNTE nos demuestra desde su juventud y con distintos looks de acuerdo a las modas del momento “que los maestros son aliados incondicionales del Presidente en turno y de la calidad educativa”.De tal forma, que ante el hartazgo que nos produce la sucesión de imágenes y declaraciones, el cineasta y el periodista culminan con la siembra de la esperanza en la transformación de esta situación.¡Volveremos, volveremos a empezar! Se escucha el coro infantil, repetir insistentemente la estrofa, mientas que –como sucede en la vida cotidiana- miles de jóvenes estudiantes, aún con la oscuridad de la madrugada, practican en sus escuelas los honores a la bandera; se despiden generaciones de alumnos entre abrazos y sollozos que produce el deber cumplido; y en los hogares más humildes, las jefas de familia inyectan ánimo, para “terminar la escuela” para “ser alguien en la vida”.Esfuerzo, que vale la pena apoyar, para que al fin los alumnos puedan hablar y dejen el silencio atrás, para que dejemos de pasar al siguiente grado ¡de Panzazo!.