Confirma Zoo de Morelia: muerte de jaguar, por descargas del OOAPAS
QUIROGA, Mich., 15 de julio de 2015.- Eran las 11 horas de este miércoles. Elementos del Ejército Mexicano piloteaban en un helicóptero como parte de un operativo aéreo.
Todo parecía ser una jornada tranquila. Los elementos que llevaban a cabo el operativo trabajaban en la búsqueda de encontrar algo: un narcolaboratorio quizás.
Piloteaban sobre el ejido Los Melones, cuando de pronto unas chozas echas a base de madera y cartón llamaron su atención.
No descendieron. Solicitaron refuerzos para evitar cualquier tipo de percance. Creían haber encontrado algo.
Posterior a una alerta dirigida a los efectivos que se desplegaban por tierra, decidieron aterrizar, según comentó el teniente a cargo de la operación.
La alarma fue productiva, pues se encontraron con un narcolaboratorio en el que se procesaba crystal, una droga prohíba durante la hegemónica presencia que mantenía el cartel de los Caballeros Templarios en la entidad.
El terreno era complicado: una brecha en mal estado y medianamente acondicionada con graba, era el camino que conducía al hallazgo del ejército.
“No teníamos miedo, pero igual si entras a la expectativa. No sabes en qué momento te puedan atacar”, comentó el teniente.
Una vez en el lugar, limpiaron la zona. No querían sorpresas.
El terreno estaba limpio. Parecía abandonado, sin embargo, los reactores en los que se procesaba la droga estaba llenos, al igual que una decena de tanques de gas.
Era muestra de que el narcolaboratorio se encontraba activo.
Cuatro contenedores con una capacidad de aproximadamente 1200 litros cada uno, eran las herramientas que utilizaban los autores de la droga.
Un centenar de barriles de sosa cáustica también se aseguraron en la zona.
Eran tres chozas las que se encontraban montadas en el perímetro.
Una vez que los soldados a cargo de la operación aseguraron completamente el terreno, arribaron también efectivos de peritaje de la Procuraduría General de Justica, así como de la Procuraduria General de Justicia del Estado.
Tras las acciones peritaje, se le concedió el acceso a la presa, pues querían que el exitoso operativo resaltara ante la opinión pública.
Era inmenso el ingenio de los operadores del narcolaboratorio. Mangueras conectadas directamente a yacimientos de agua; y una planta de luz facilitaban el trabajo de los ‘científicos de la droga’.
Se apreciaban también barriles con el producto nocivo prácticamente terminado.
“Primero se cocina en el contenedor; luego se cuela la masa que se produce; y posteriormente se mete en una secadora para que esta se endurezca y se obtenga el cristal” comentó uno de los soldados.
-¿Qué se hace con el material?, se le cuestionó.
-Se asegura ante las autoridades correspondientes para el estudio del mismo, respondió.
El teniente dijo desconocer cuánta producción se podría generar en el laboratorio, sin embargo, ante la inmensidad de los reactores, evidentemente la droga que se elaboraba era mucha.
Otro de los uniformados comentó que por la rapidez del operativo, debieron de haber existido ‘halcones’ -personas ocultas entre la sierra que alarmaron a los operadores del laboratorio-
“Lo malo es que ya no podemos consignarlos ante las autoridades”, comentó el teniente, refiriéndose a la determinación tomada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que blindo el ‘halconeo’.
“No nos enaltece la presencia de los medios, pero también es importante que se den a conocer estos hechos pues muchos desconocen del riesgo que corremos al desempeñar nuestro trabajo”, resaltó el teniente.
Con los barriles en las camionetas, y el narcolaboratorio deshabilitado, el ejército mexicano logró consumar un importante hallazgo. Allá en la sierra de la comunidad de Icuacato, perteneciente al municipio de Quiroga.