Carta de Yadira para Eduardo Villaseñor?
MORELIA, Mich., 25 de Marzo de 2011.- Doña Yadira Anayanci Aviña Kick comparte con los lectores de la agencia Quadratín reflexiones que escribió el pasado 30 de noviembre a propósito de la lamentable pérdida de su esposo, nuestro querido amigo Eduardo Villaseñor Meza.El “panzón del alma” de doña Yadira cumpliría este viernes 41 años de edad –la mítica cifra en torno de la cual Lalo hacía las obligadas e inevitables bromas de rigor—, y el texto que viene a continuación es un extraordinario y merecido homenaje al hombre que supo ganarse el reconocimiento, cariño y respeto de infinidad de personas:“EDUARDO“En memoria al que hoy sería tu cumpleaños número cuarenta y uno.“Escrito original 30 de noviembre del 2010.“Sólo se tiran piedras contra el árbol que da fruto”“Yadira Anayanci Aviña Kick.“A más de un mes de tu partida, mi pensamiento, mi cuerpo, mi ser están adormecidos del dolor que aún no encuentra el consuelo. “El que ama se olvida que la decisión de unir dos caminos y entrelazar en un destino su propia vida con la del ser amado, lleva unido así mismo el destino del otro.”“La vida y Dios, me han colocado de pronto y sin pensarlo en un escenario que impacta mis sentidos, un torbellino que arrastró con todo dejándome un espasmo de invidencia, hoy, me enfrento a una vida sin ti. A pesar que siempre estuve dispuesta a seguirte, a caminar a tu lado; a apoyarte; encarar lo que viniera; a cubrirme en ti a cubrirte en mí, ese fatídico día de pronto al verte me quedé aturdida, turbada y confundida, me acerqué a ti y te pregunté cómo podía hacer algo?! Me quedó clara la fragilidad humana, miré al cielo, y entonces supe que por más que todo lo diera era imposible evitar tu cita con la eternidad.“Desde niños conocimos el sentimiento tan profundo que entre nosotros creció, sabíamos que la nuestra era una historia diferente. Crecimos juntos compartiendo nuestros planes, proyectos y sueños, nos forjamos gran parte de lo que somos el uno al otro. Visualizamos nuestra vida llena de amor de hijos y de trabajo. Acompañé tus triunfos profesionales. Ya casados y gracias a tu apoyo yo realicé el sueño de convertirme en abogada.“Al unir nuestras vidas a la par de esa consagración de nuestro sueño, el destino marcó de forma contundente tu camino que ya era mío, te presentó las más crudas pruebas que con gran fortaleza enfrentaste: valiente, inocente, inexperto, pero dando muestras de tu sobrada inteligencia y tenacidad, en soledad cargaste tu dolor y pesar, y yo a tu lado lo único que se me ocurría hacer era amarte y tener fe en que habría de llegarnos un mejor momento.“Recuerdo los trayectos que recorríamos felices dirigidos hacia algún destino y observando a nuestro hijo derramábamos lágrimas de amor y expresábamos esa necesidad de tratar de hacer lo mejor que pudiéramos nuestro camino, siempre me decías: “que esperabas dejarle las menores piedras que pudieras en su camino”. Que tu camino había sido muy duro, que habías tenido que enfrentar lo inesperado.“El tiempo y la vida transcurrían poniendo a nuestro paso toda clase de barreras, nuestro amor fue más fuerte que cualquiera cosa que tuviéramos que superar, valiente como pocos enfrentamos errores, sanamos el dolor, y juntos experimentamos ese perdón que viene de lo más profundo del ser y reconstruimos lo nuestro.“Buscaste con altura participar en la construcción de un espacio de mejores oportunidades, para la gente más necesitada. El día que me consultaste que opinión te daba de sí o no participar en la política, me dijiste: “mira flaca de todas formas siempre viene gente a buscarme, pidiéndome que les apoye en tal o cual cosa y yo tengo que tocar puertas para poder ayudarles, mejor entro y desde ahí ayudo ¿cómo ves?”. Sabía que nada habría de cambiar tu decisión, las cientos de pláticas que habíamos tenido donde nos dolía la pobreza y la situación tan desesperante que mucha gente vive, me lo confirmaban, así que inició tu sueño y una vez más fui partícipe de que siempre lograbas lo que te proponías.“Tu pensamiento y tu actuar aunque respetuosos de las divergencias y de las visiones distintas a las tuyas, siempre tuvieron una gran firmeza, así al decidir participar en la vida pública lo hiciste desde una perspectiva, desde un solo partido o instituto político, en el único que participaste, te afiliaste, respaldaste, respetaste, si lo sabré yo que compartí tu vida desde que tenía quince años.“Contra toda expectativa, contra todo deseo contrario a tu sueño, sin nada más que nuestros ojos implorando a nuestro creador y el apoyo de la gente que creyó en tu sueño llegaste y cumpliste. Y ahora honrada te digo: “cumpliste Eduardo, no fuiste uno más”. Tu sueño de que nuestro hijo o yo camináramos y nadie nos señalara por tus malas acciones fue logrado. Tu hijo cada vez que pisamos un lugar ahora mientras nos reincorporamos solos de nuevo a la vida, es honrado con un agradecimiento a tu persona de algo que hiciste por alguien.“¿Por qué tu partida? no lo entiendo, pero segura estoy, que para ti en la “trinchera” en la que estés, estás haciendo entre los que ahora te encuentras gratas reflexiones, sensibilizando a alguna alma que aún no encuentra su centro. Quizá en las alturas necesitaban un conciliador y sabían que una de tus mejores cualidades era conciliar que estabas listo, pulido a base de esfuerzo y dolor, porque en esta tierra fuiste enemigo de la injusticia, de la soberbia, de la prepotencia y un ejemplo de lucha limpia, tu energía y tiempo los empleabas en el servicio, no te perdías en planear malas acciones y conociéndote sé que tampoco te llevaste los malos ratos que te hayan hecho vivir, pues cuando te preguntaba cómo era que aguantabas siempre me decías: “flaca no pierdas de vista el objetivo, lo demás sale sobrando, me dan ternura”.“Ahora los que quedamos y los que gastaban su energía en entorpecerte, quizá podamos y puedan tomar como una oportunidad seguir tu ejemplo de servicio y los que tienen aún la responsabilidad de servir encaucen su energía en lo positivo.“Mi panzón del alma”, le ruego a Diosito por tu descanso eterno, porque no deje de iluminar mi camino y que a ti te permita guiar conmigo en espíritu los pasos de nuestro hijo.”“Con todo mi amor Yadira”. 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