Tras la disuasión de los bloqueos en Jiquilpan, acuerdan más vigilancia
GUADALAJARA, Jal., 10 de febrero de 2016.- Patricia tenía su vida en Estados Unidos junto con su esposo y sus hijos: una adolescente a punto de cumplir 15 años, un niño de tres y uno más en camino. Él fue detenido y ella deportada. En uno de sus intentos por regresar con su familia fue llevada —con la promesa de obtener papeles para cruzar la frontera— a una casa de trata de personas vinculada con el narcotráfico.
El Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Migración en la frontera México – Estados Unidos”, coordinado desde el Centro de Investigación y Formación Social del ITESO llevó a la entonces estudiante a Nogales a colaborar con Iniciativa Kino para la Frontera, una obra de la Compañía de Jesús.
Ahí, impartió talleres de bienestar personal, de autoestima y de generación de un proyecto de vida en la Casa Nazaret. Posteriormente fue voluntaria en El Comedor, que atiende a personas recién deportadas o en tránsito, donde Bernadette sirvió comida y, cuando era necesario, dio atención de primeros auxilios.
Continuar leyendo en Quadratín Jalisco.