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MORELIA, Mich., 2 de julio de 2015.- Meses de espera terminaron para Juan Carlos Herrera Servín y María Eugenia Torales Berruecos. Meses de intentar y no conseguir el anhelado regalo de un hijo biológico llegaron a su fin con la llegada de Carlitos, un pequeño que aunque no es hijo natural de ambos sí vino a cambiarles completamente la vida. “Es una experiencia bonita, hermosa, de poder tener en los brazos a un pequeño, a nuestro hijo después de haber batallado tantos años, de no tener hijos”, señaló el orgulloso y nuevo padre.
Indicó que la llegada del menor a su hogar fue una experiencia increíble, y qué mejor regalo para ambos que este 2015 cumplen siete años de feliz matrimonio: “Este año cumplimos siete años de casados y después de varios intentos de tratamientos, visitas con varios ginecólogos, tratamientos médicos, inseminaciones y muchas cosas que pasamos, nos dimos cuenta que podríamos adoptar.
“Tiene que pasar un proceso no de meses, tal vez de unos años, para que uno pueda decir ‘sí quiero adoptar’, porque ya uno a nuestra edad ya es un poco riesgoso tener hijos, por la edad de mi esposa también, entonces tiene que llegar algo para que uno pueda decir ‘sí quiero adoptar’, pero adoptar de corazón”.
Manifestó que con esta experiencia se dio la oportunidad de ser papá de otra manera no biológica con tal de lograr su deseo paternal, pese a que antes no les “caía el 20” del impedimento hasta que después de tiempo ambos lo decidieron.
Indicaron que el acoplamiento de Carlitos a su nueva familia no fue nada complicado, incluso, el periodo a cumplir de acuerdo con la autoridad es de aproximadamente dos meses y en su caso se requirieron solo nueve día, ya que después del primer contacto con sus nuevos padres el menor ya no se quería regresar a la Casa Cuna.
“Cuando nos dijeron que el dictamen es positivo, en ese proceso le prestan a uno al menor, son las convivencias de dos meses, pero el niño ya no se quería regresar a la Casa Cuna, lloraba, nosotros sufríamos, teníamos que entregarlo, el proceso fue muy rápido, su adaptación fue muy rápida y a los nueve días nos dijeron que ya era tiempo de que nos entregaran al menor”.
La madre de Carlitos aseguró que decidió dejar su trabajo para dedicarle tiempo a su hijo: “Me salí de trabajar precisamente para atenderlo y no descuidarlo, inculcarle los buenos principios, los valores, el integrarlo a nuestra familia, a que se sienta feliz también con nosotros, y claro, él nos hace felices a nosotros también como padres”.
Aseguró que la expectativa de un nuevo integrante de la familia fue mucha y todos esperaban y esperan conocerlo para hacerlo un miembro más de esta: “Todos estaban esperándolo también, es el primer niño adoptado, tiene cuatro años, está en preescolar, ya pasó a segundo año. Yo los invito a que lo intenten, es una experiencia increíble, que no tengan miedo, que no hagan caso de las críticas, es maravilloso”.
Trámites fueron ágiles
Sobre el proceso que debieron cubrir para lograr tener con ellos a Carlitos, los señores Juan Carlos y María Eugenia aseguraron que fue muy rápido, pues aunque no lo habían intentado antes, saben que anteriormente esto tardaba hasta seis años, y en su experiencia fue muy rápido: “Nosotros el 17 de junio del año pasado iniciamos los trámites y ya para diciembre ya teníamos al menor en casa”.
Ante ello hacen un llamado respetuoso a las parejas que no pueden procrear a que no tengan miedo, que acepten que desafortunadamente no tienen esa posibilidad y que tomen en cuenta otras opciones como la adopción, pues es una experiencia a la que calificó constantemente como padre, bonita, increíble y maravillosa. “Si no arriesgas no ganas”, refirió el orgulloso padre.
“Yo invito a todas las parejas que se animen a adoptar porque hay tantos niños de Casa Cuna que desean tener un papá y una mamá, y Carlitos nos dice ‘papi estoy muy contento’ y le pregunto por qué y me dice ‘porque ya tengo un papá y una mamá, por eso creo que así como nosotros tuvimos ese derecho de tener a un papá y una mamá, ellos también tienen derecho de tenerlo”.
No descartan adoptar de nuevo en un futuro
Gracias a la experiencia vivida, los felices padres indicaron que en un futuro podrían adoptar otro menor, incluso, hay un niño muy amigo de Carlitos que se llama Giovani, y que se quieren como hermanitos, y no descartan que pudiera ser él, aunque ellos no pueden escoger a quién.
“Hace un año no estábamos así, estábamos solos, pero llega un momento en el que se necesita un miembro más en la familia como para cerrar ese núcleo familiar de poder ver por alguien, como que uno puede ver por la esposa y ella por el esposo, pero como que hace falta tener alguien por quién vivir, por quién echarle ganas, por quién ver, experiencias de llevarlo al kínder, recogerlo, convivir con el niño es algo que nunca imaginé vivirlo, ¡es algo bien padre!”.
Los padres reconocieron la agilidad de estos trámites, que ya no son tan burocráticos, y que gracias a ello tienen en su casa la compañía que deseaban, un niño que, como todos, es la alegría del hogar y en este caso, especial, pues se complementan padre, madre e hijo de una manera única.