MORELIA, Mich., 9 de mayo de 2016.- El hablar de una película basada en hechos de la vida real casi siempre nos remite al género de terror o suspenso. Y no es para nada raro, esta táctica en la mercadotecnia cinematográfica ha servido como un pedestal para asegurar el éxito de una producción de bajo costo. Pongamos como ejemplo la película de 1999, El Proyecto de la Bruja de Blair (la cuál también dio pie a un nuevo género llamada informalmente como found footage, pero de ello hablaremos otro día). Esta cinta, presentada como falso documental tuvo un presupuesto de 60 mil dólares, y ha recaudado hasta la fecha mas de 200 millones de dólares. En su momento, la idea de presentar la historia de 3 jóvenes desaparecidos en un bosque con la finalidad de encontrar a una misteriosa bruja, dio mucho de qué hablar. La gente detrás de la publicidad, falsamente afirmaba que los protagonistas efectivamente habían desaparecido, y a falta de medios como internet para confirmar la veracidad de la historia, la gente se lo creyó.

De ahí pasamos a los fantasmas (Terror en Amityville), los exorcismos (El Exorcismo de Emily Rose) o los asesinos en serie (Los Extraños). La producción de estas últimas cintas, lograron recaudar 7 veces más de lo que costaron.

Sin embargo, las películas “basados en hechos reales” no solo se refiere a géneros obscuros. Existen desde los deportes (Un Sueño Posible), los musicales, (Ray), los dramas (12 Años Esclavo), las comedias (El Lobo de Wall Street), los biopics (La Dama de Hierro), aventuras (127 horas) y la lista sigue.

Hay que resaltar que por algo se dividen los géneros de terror y suspenso de los demás. Y es que afirmar que la historia es basada en un hecho de la vida real es meramente un truco publicitario. En los demás géneros lo que vemos es la vida de alguien, contar ya sea su historia o la situación que atravesó, y no precisamente de una persona específicamente (Titanic).

Pero, ¿qué tan verídicos son los hechos? Desafortunadamente, en la gran mayoría tan solo ha sido el 50% de la historia, o menos, (incluso 0% como el caso de la bruja de Blair). En la otra mano tenemos aquellos productos que efectivamente la historia, en gran medida, se apega a lo que realmente pasó. El sitio web Information is Beautiful, se dio a la tarea de medir algunas de estas películas. Y es que para ser honestos, ilusamente, uno como espectador va con la idea de que la historia que estamos a punto de ver es el reflejo de lo que verdaderamente sucedió.

Ahora que conocemos un poco acerca de esta técnica, queda hacernos la pregunta: ¿Qué es más correcto?: ¿”Basada en hechos de la vida real” ó “Basada en hechos reales”?

Si quieres echar un vistazo al estudio que realizó Information us Beautiful, te dejamos el link.

http://www.informationisbeautiful.net/visualizations/based-on-a-true-true-story/