Maternidad y salud mental: más allá del ideal romántico

MORELIA, Mich. 6 de mayo de 2025.- Apenas dos semanas tras el nacimiento de su primera hija, se percató de que algo estaba mal, no con la pequeña o con su salud física, sino con su salud mental.
Y es que Beatriz Adriana Gaytán Villalpando, docente, investigadora y postdoctorante en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), no toleraba la separación con su bebé, a la par que experimentaba frustración con su reciente maternidad.
Este miércoles 7 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental Materna, un rubro regularmente invisibilizado, tras la expectativa romántica de la maternidad como la experiencia máxima que puede tener una mujer.
La maternidad no es un cuento de hadas
"Se romantiza la maternidad, se les enseña a las mujeres, desde niñas, que la maternidad es algo implícito y natural para ellas, pero no se les habla de los contras, de los riesgos de depresión postparto, las crisis o las situaciones que pueden comprometer su salud mental", expuso.
Y cuando se habla de esto, se acota a factores de riesgo bien definidos, que terminan como estereotipos que dificultan la detección oportuna de trastornos de salud mental asociados a la maternidad, "porque no solo las mujeres que no querían ser madres o aquellas que lo fueron por un ataque o violación, todas estamos propensas".
Gaytán Villalpando mencionó que, si bien su primer embarazo fue deseado y anhelaba "una mesa con muchos hijos", la experiencia del parto fue traumática, "me molestaba que agarraran a mi hija, pero a la vez me preguntaban cómo me había ido y yo respondía que fue algo horrible".
Como especialista en perspectiva de género en áreas como las masculinidades, el feminicidio y el aborto, el choque fue importante, ya que "una cosa es la teoría y otra, la vivencia".
Más aún, la respuesta de amigos a esta concepción de la maternidad como un evento traumático, "cómo va a ser horrible dar vida".
"En el imaginario colectivo, se espera que las mujeres se sacrifiquen por sus hijos y sean felices con ello. En México tenemos un problema muy grande, que es la falta de información sobre lo que es realmente la maternidad, ya que ante la detección de un problema los primeros señalados son las hormonas, el deseo de ser madre, y esto lleva a unas violencias directas que pueden agravar las cosas.
"La realidad es que la maternidad es un cambio drástico para las mujeres; en mi caso, fue tan grave mi crisis que tenía pensamientos sobre dañar a mi hija, era contradictorio que no me podía separar de ella por miedo a que algo le pasara, pero tenía pensamientos sobre acabar con su vida para salvarla del mundo", refirió.
Sacando a la luz el dolor
Ante estos pensamientos intrusivos, la solución fue el apoyo de su familia, "si no lastimé a mi hija, fue porque no me dejaron sola, gimnasio, acupuntura, distracciones, lo necesario para sanar, cuando lo hablé con mi esposo, no me dejó sola".
Lamentablemente, no todas las mujeres disponen de redes de apoyo empáticas; algunas encuentran en su familia a sus peores verdugos.
"Ahora no tengo datos, pero en el país muchas mujeres son sentenciados por cometer infanticidio, y mi pregunta es cuántas de ellas enfrentaban en soledad o en un entorno hostil una enfermedad mental, muchas mujeres no tienen redes de apoyo, otras tienen más hijos que atender, problemas familiares o económicos, inclusive en los hechos se encargan de la crianza de sus parejas", agregó Beatriz Adriana Gaytán.
Como sucede con la salud mental en general, los problemas de salud mental asociados a la maternidad se esconden, pero basta una breve investigación para sacar a la luz los antecedentes familiares de depresión o ansiedad, por ejemplo, que se detonaron por causa de los roles familiares y la necesidad de brindar cuidados.
"Hay una realidad, yo amo a mis hijos, pero los hijos desgastan, las mujeres queremos hacer mil cosas, pero hay que atender a los hijos, y, lamentablemente, no siempre hay empatía, ni siquiera de otras mujeres, que ya han sido madres, porque algunas olvidan lo que es el proceso de crianza", detalló la docente e investigadora de la BUAP.
Madre en México, valorada, pero sola
Pese a que en la cultura popular mexicana, la madre es una de las figuras más respetadas y valoradas, en los hechos el país no puede garantizar una maternidad digna y plena.
"Y cómo, si no sabes si perderás tu empleo por estar embarazada o si te correrán de tu casa porque te embarazaste sin estar en matrimonio", insistió.
En México no hay proyectos orientados a cuidar la salud mental de las mujeres, en general no se vela por la salud mental de la población, "esto se ve en ejemplos como Cuitzeo, un municipio pequeño donde la unidad médica sólo tiene un psicólogo, y no sabemos si tiene formación en perspectiva de género, porque las enfermedades mentales también requieren un abordaje con perspectiva de género".
Tampoco hay iniciativas para educar en lo que es la maternidad, la realidad del embarazo, el parto y la crianza de los hijos, sin la idealización que desde múltiples trincheras se ofrece a las mujeres.
Finalmente, no existe en el país proyectos de educación integral sobre la maternidad y la paternidad no deseadas, y cómo el que algunos hombres no quieran ser padres, pero acceden porque saben que en este proceso la mujer no solo se hará cargo del hijo, sino del hombre también, puede propiciar feminicidios cuando ella rechaza el embarazo.
Hacer la diferencia
"Es preocupante la cantidad de delitos que se pudieron evitar si se hubieran atendido los problemas de salud mental subyacentes. Por eso es necesario que las mujeres, en este caso, reciban ayuda cuando muestran que enfrentan un problema de salud mental asociado a la maternidad", reiteró Gaytán Villalpando.
Entre las señales de alerta, se encuentran que la mujer está enoja, a la defensiva, con miedo y, sobre todo, "una tristeza que contrasta con la felicidad que se espera tenga".
La especialista afirmó que "es importante hablar con los más cercanos a la mujer en estas condiciones, ya que ellas están muy vulnerables, y, si se tiene el acercamiento con ella, privilegiar la empatía".
Con independencia de las medidas que puedan ayudar a la mujer a sentirse mejor, es imperativo que ella acuda a recibir ayuda de un profesional, concluyó.