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MORELIA, Mich., 6 de mayo de 2021.- La persistencia de los síntomas debe despertar las sospechas de un cáncer ovárico, expresó Eva María Gómez, especialista en oncología médica del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (Issemym), quien dijo que los síntomas van a depender mucho de la etapa de la enfermedad, es decir, hasta donde se extendió el cáncer.
Para etapas tempranas, donde el caso está limitado al ovario, los síntomas pueden ser mínimos pero siempre existen, aseguró. Estos puede ser dolor abdominal, molestas urinarias, incluso sangrados vaginales anormales, y conforme el cáncer se va extendiendo hacia la pelvis o al útero o hacia el abdomen, los síntomas van cambiando y se vuelven más inespecíficos, expresó.
Estos pueden ser, por ejemplo, encontrar distensión abdominal ya generalizada o el dolor abdominal, incluso cambios en el hábito intestinal; las mujeres suelen presentar estreñimiento cuando no lo tenían antes. Estos síntomas suelen confundirse con colitis o enfermedades benignas como gastritis o infecciones de vías urinarias y otras, indicó.
Lo importante, dijo la especialista, es precisamente valorar la frecuencia de la persistencia de los síntomas; son síntomas inespecíficos que no mejoran con el tratamiento para enfermedades benignas como estas, y que transcurren dos meses, hasta tres, ahí debe sospecharse de cáncer.
En estos casos, el diagnóstico incluye hacer un ultrasonido pélvico para buscar el estado de los ovarios, para indicar cómo se encuentran. Después, es un procedimiento que debe llevar a cabo médicos especialistas en oncología, dijo; “una vez que se encontró el quiste en los ovarios o crecimiento en los ovarios o líquido, deben revisarse los pacientes con médicos especialistas en oncología”, reiteró.
Dejó en claro que la persistencia de los síntomas debe despertar las sospechas de un cáncer. Una vez que se tienen los hallazgos, se tienen qué determinar algunos marcadores para los médicos, poder hacer una correlación entre los hallazgos por ultrasonido y el marcador tumoral, y así poder determinar la posibilidad de que lo encontrado en el ovario sea benigno o maligno.
Una vez que se tiene la sospecha de cáncer, la paciente tiene que llevarse a una cirugía para retirar el ovario, si no se puede quitar la totalidad del enfermedad, el cáncer se puede discipar, no sólo el abdomen sino también a los ganglios y a otras partes, por eso es tan importante que la cirugía que se realice, sea completa para poder quitarle la totalidad de la enfermedad, pero es importante que la realice un cirujano oncólogo, reiteró.
Cuando ya se decidió que la paciente necesita una quimioterapia para reducir la enfermedad, se habla de un tratamiento de mantenimiento, aquí ya hay varias etapas inducidas al tipo de tumor que presenta la paciente, la expectativa de vida de la paciente se amplía al llevar un tratamiento, externó.
Son importantes los tratamientos personalizados como inhibidores de Parp, los antiangiogénicos y la inmunoterapia, ya que los tratamientos personalizados son lo más avanzado que hay en cáncer de ovario, porque la evolución ha sido muy buena en lograr una supervivencia.
“Pero, ¿de qué serviría todo el tratamiento si eso no impacta en una mejor calidad de vida?”, cuestionó la doctora, porque es muy importante tener una calidad de vida en todos los aspectos de los pacientes; que no sea más doloroso el tratamiento que la misma enfermedad.