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JIQUILPAN, Mich., 21 de abril de 2018.- Nuestro municipio ha crecido a la categoría de ciudad, cuenta con el reconocimiento de Pueblo Mágico, denominación que le sirve para obtener recursos y apuntalar el crecimiento de la industria turística regional, sin embargo, infortunadamente el desarrollo se ve limitado pues aun conviven en él prácticas que ya no corresponden a su nueva realidad.
Autora del estudio, Movilidad y Desarrollo Urbano en la Ciénega de Michoacán, auspiciado por la Secretaría de Educación Pública, INEGI y el Consejo Nacional de Población, Silvia Romero Esponceda explica que si bien el problema de políticas públicas inadecuadas o nulas con relación a la movilidad y espacios urbanos adecuadamente diseñados y que privilegien al ser humano, sobre el automóvil por ejemplo, tiene un claro componente cultural, en la realidad no existe una interacción entre la autoridad y la sociedad civil.
El caso de Jiquilpan es emblemático dice pues, desde hace años, la cabecera no cuenta con un plan de desarrollo urbano que contemple una planificación a corto , mediano y largo plazos, “hace unos días leí en su medio, que había una demanda por parte de los ciudadanos para que se cambiara el tiradero y zona de tolerancia que está a unos metros de la presidencia y del mercado principal, muy bien pero eso solo es otro ejemplo de cómo se vive con prácticas obsoletas y dañinas, frente a una ciudad y sociedad que reclama soluciones de otro tipo”.
Las obras que se hicieron en el centro del municipio, son de muy mala calidad y si bien no son una responsabilidad total de esta administración, por ahí pasa la corrupción pública que afecta a todo el país y que luego los ciudadanos también hacen suya y se vuelve un circulo muy difícil de romper, “los consejos ciudadanos implementados por el gobierno del estado, teóricamente son buenos pues , buscan hacer partícipe de soluciones y responsabilidades a grupos de la sociedad civil, pero en la práctica se enfrentan a la burocracia y falta de interés de los propios ciudadanos, que no participan y delegan las soluciones a la autoridad, que a su vez no cuenta con la visión y recursos para actuar mediante un plan”.