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JIQUILPAN, Mich., 27 de octubre de 2016.- “Todas son iguales, pero diferentes”, expresó Martin Foley, director de la Casa Museo Feliciano Bejar al inaugurar los aparadores donde se expusieron las calaveras de lentejuela, producto de dos meses de un taller que impartió Efrén Hernández.
Cada una es diferente, dijo Foley, y tiene la particularidad de quien la fabricó, lo que las hace únicas. En el marco del festival de las Almas El Porvenir, la casa museo Feliciano Bejar dedicó la ofrenda exposición de este año, al municipio de Angahuan que reviste formas muy particulares de celebrar a sus difuntos.
Durante el recorrido de inauguración, Octavio Meza Ortiz, subdirector del recinto, explicó que en este lugar de la meseta purépecha se acostumbra el día primero de noviembre colocar un petate donde se colocan prendas de vestir nuevas para el difunto y en la parte alta se coloca la fotografía del celebrado “de preferencia con el santo de su devoción”. Alrededor de ésta se colocan alimentos y productos que gustaban al muerto.
El día 2, el sacerdote del lugar acude al panteón y reza, acompañado de los familiares, en los lugares donde reposan aquellos que llevan más de un año de fallecidos. Estas ofrendas están abiertas a todo público y fueron dedicadas a Feliciano Bejar, Consuelo Bejar y a un “inocente”, es decir, un menor de edad.
Otra de las exposiciones que se podrán apreciar en este lugar es la de catrinas de hoja de maíz. Teresa Meza Ramírez, creadora de estas imágenes y responsable del taller La Trajinera, que es donde se producen, explicó que en esta ocasión las Catrinas cuentan con la particularidad de que el cráneo es de madera y pintado al óleo, además del detalle en cada una de las manos.
En la plaza principal se inauguró posteriormente El altar monumental de Muertos, se presentó un performance de inauguración y el Ballet folclórico de Pajacuarán, además de la cantante italiana Romina, con lo que se dieron por terminadas las actividades de éste día en el Festival de las Almas de Jiquilpan.