Mantiene Compesca canales de navegación en el lago de Pátzcuaro
MORELIA, Mich., 4 de febrero de 2016.- El Consejo Supremo Indígena de Michoacán acusó este jueves, mediante un manifiesto que la Iglesia Católica ha sido cómplice del saqueo, la discriminación y la explotación hacia los indígenas.
A continuación el texto íntegro del documento:
El Consejo Supremo Indígena de Michoacán, movimiento indígena estatal conformado por las comunidades de Santa Fe de la Laguna, Naranja de Tapia, Urapicho, Caltzontzin, Pichátaro, Zirahuén, Sevina, Capácuaro, Tiríndaro, Angahuan, Uricho, Turicuaro, Pamatácuaro, San Ángel Zurumucapio, Zopoco, Cuanajo, Comachuen, Cocucho, Santa Cruz Tanaco, San Felipe de los Herreros, Sicuicho, Cherato, Cheratillo, Oruscato, 18 de Marzo, Apo del Rosario, San Lorenzo, Comunidades del Sur, Tacuro y Ostula, manifestamos lo siguiente :
Durante más de 500 años, los pueblos originarios de América hemos sido saqueados, asesinados, explotados, discriminados y perseguidos, bajo este marco, históricamente la iglesia católica ha sido cómplice y aliado de los invasores.
Nos han saqueado nuestras riquezas y recursos naturales, nos robaron el oro, la plata, los minerales, el petróleo, e incluso han tratado de quitarnos nuestra historia, cultura e idioma. Desde el arribo de Cristóbal Colón, nos impusieron por las armas y la religión católica, una cultura, una lengua, una religión y unos valores propios de Europa. La biblia fue el arma ideológica de la Conquista.
El “descubrimiento” y conquista de América, representa el mayor genocidio de la historia. El arribo de los europeos, significó la interrupción y destrucción de diversas civilizaciones originarias, mismas que de forma singular elaboramos nuestras propias concepciones de mundo, Estado, escritura, idiomas, educación, religión y filosofía.
Después de la invasión europea, la población originaria disminuimos radicalmente, un 95% de la población total del continente, murió en los primeros 130 años posteriores a la llegada de Colón. En México, la población originaria se redujo de 25,2 millones de habitantes que existían para el año de 1518 a 700 mil personas que sobrevivían para el año de 1623, es decir menos del 3% de la población original.
Las causas de tan brutal descenso demográfico fueron múltiples, entre ellas, las enfermedades infecciosas inexistentes en América y portadas por los europeos, las muertes indígenas causadas en las guerras y violencia de la conquista, y finalmente las condiciones inhumanas de explotación de nuestros pueblos indígenas. En esta conquista y genocidio, la religión católica fue aliada. Por ello, el Papa Francisco debe de ofrecer una disculpa pública.
A pesar de la brutal conquista y genocidio, el pueblo p´urhépecha seguimos en resistencia, llevamos más de 500 años de resistencia y reivindicamos nuestros compañeros: Pedro de Soria Villarroel quien lucho en las rebeliones de Pátzcuaro de 1766 y 1767, Primo Tapia de Naranja, Elpidio Domínguez de Santa Fe de la Laguna, Casimiro Leco de Cherán, Juan Chávez de Nurío, Amafer Guzmán de Tarejero y Efren Capiz. Seguimos en resistencia.
¡Juchári Uinápekua!