Multiplica Alfonso Martínez el apoyo de morelianos
MORELIA, Mich., 1 de noviembre de 2016.- En víspera de la Noche de Muertos, cuando la tradición indica que los difuntos cuentan con algunas horas para reunirse con sus familiares, quienes les brindan un homenaje y ceremonias para facilitar su tránsito por nuestro mundo, el Panteón Municipal, de ordinario un sitio silencioso y con pocos visitantes, se convierte en un punto de concentración de deudos, oferentes de productos y servicios y servidores públicos que velan que las celebraciones se lleven a cabo en calma y orden.
Flores frescas, arreglos mortuorios, adornos alusivos a la Noche de Muertos, cartas y coronas son las muestras físicas de la pervivencia de una tradición que se niega a caer en el olvido, del afecto de los familiares y conocidos y de una actividad económica que se enfrenta a circunstancias adversas que comprometen su continuidad.
“Vengo dos veces al año, el Día del Padre y para Noche de Muertos, para acompañar a mi papá; aunque ha habido algunos cambios, porque al parecer algunas familias han optado por remodelar las tumbas de sus seres queridos, está muy tranquilo el día de hoy, la gente viene específicamente a dejar flores y acompañar un ratito a sus difuntos, se ve que algunas tumbas están olvidadas, pero también muchas se remodelan”, detalló Alejandro Saucedo, empleado gubernamental.
Si bien la tradicional visita al cementerio para honrar a los difuntos persiste entre los morelianos, algunos factores, como la inseguridad pública, desmotivan la afluencia de visitantes a los panteones, debido a que los deudos prefieren realizar una celebración en casa o en sitios alternos para evitar riesgos.
“Visito a mi papá cada año, acá estamos, siempre recordando, le traemos flores, su rosario, oración, estamos un ratito con él, festejando otro año con mi familia; vengo con mi esposo, porque me da miedo la inseguridad, a veces está muy solo, pero la tradición sigue, aunque hay más movimiento mañana”, refirió Celina Rico, de oficio estilista.
La seguridad pública no es la única preocupación de quienes visitan el cementerio en la temporada de Noche de Muertos, ya que en ocasiones no se dispone de la totalidad de los servicios e insumos que se requieren para realizar de forma apropiada la atención y el cuidado de las tumbas.
“En mi percepción, en el panteón hay seguridad, en los comercios al exterior se puede abastecer con lo que busca uno, como las flores, además de que hay muchachitos que ayudan para preparar las tumbas, no falta nada”, expuso Alejandro Saucedo.
“Respecto a los servicios, las flores como que los vendedores sí le suben un poquito, no hay agua en todas las llaves, hay que buscar las que sí tienen agua”, señaló Celina Rico.
Aunque la presencia de visitantes en el Panteón Municipal, donde este año se prevé la asistencia de por lo menos 150 mil personas, se incrementa en las fechas cercanas a la Noche de Muertos, la tendencia en el comparativo anual es la disminución.
“Hay demasiada gente, pero en los tres años que llevo limpiando tumbas en el Panteón Municipal he visto cómo baja mucho, vienen menos personas que en los años previos; creo que es porque no hay dinero, las cosas van de mal en peor”, expresó Ángel Urrutia, quien auxilia a los visitantes en la limpieza de los sepulcros de sus familiares a cambio de una cooperación voluntaria, que puede oscilar desde 20 pesos hasta 200 pesos.
Paseantes, deudos, trabajadores, todos enfocados en la preparación de las tumbas y los espacios aledaños para recibir a las almas que retornarán en las primeras horas del 2 de noviembre, un abanico de actividades que evidencia que incluso en la muerte, la vida continúa.