Confirma requerimiento del IEM para registro de candidaturas
MORELIA, Mich., 3 de agosto de 2016.- “Qué vengan más seguido “, se escucha una voz de mujer desde la gradería. Otra voz femenina responde: “sí, a ver si ya nos ponen duela también”. El lugar se ha llenado rápidamente; no cabe nadie ya en las gradas de la cancha de básquetbol de la Tenencia Morelos; con público expectante de la llegada de los ya famosos niños campeones mundiales en básquetbol, de la comunidad indígena triqui de Oaxaca.
En el sonido local se escucha un tema de Alejandro Fernández, y mientras el coro dice “…qué voy a hacer con su amor, que voy a hacer con mi amor”, decenas de niños que han estado entrenando desde hace días, lo siguen haciendo en la cancha, en espera de los nuevos niños héroes.
Trabajadores del Instituto Moreliano de Cultura Física y Deporte (IMDE), están presentes, al igual que otros funcionarios de la administración municipal, entre ellos Jesús Ávalos Plata, secretario del Ayuntamiento, y Gustavo Juárez Bedolla, director general del IMDE.
Unos ajustan el tablero, que debieron poner hace horas porque aun reluce el color morado del municipio; ahora cobran sentido los comentarios en la grada; solo falta la duela.
El tablero es bajado un poco y eso ocasiona que otra vez se escuche una voz masculina desde el anonimato que ofrece la grada: “Mmmmm güey, ¡así cualquiera mete una clavada!”. Reporteros, funcionarios, público en general y hasta los policías federales esperan bajo el sol.
“Nomás terminan de echar un taco los niños (triquis) y empezamos, están comiendo en esa esquina” dice Getzemaní Núñez, director operativo del IMDE mientras señala hacia una esquina de la plaza central de la comunidad.
Ya han quitado la música del hijo polémico de Vicente Fernández; los niños que entrenaban en la cancha han parado de hacerlo. Se escucha una voz que revisa el sonido: “bueno, bueno, uno…dos…tres…probando…”
Finalmente comienza el evento.
Los niños, triquis, morelianos y de cualquier región, se “chutan” bajo el intenso sol, los discursos de los funcionarios, hasta el del entrenador Sebastian Ortiz.
Tras la oratoria, y un amague de cascarita con los funcionarios “pa la foto”, finalmente llega el tiempo esperado; el tiempo del partido de básquetbol entre los niños triquis y los de la comunidad de la Tenencia Morelos; los primeros con sus uniformes especiales con que representan al país, y los segundos con un uniforme tutifruti, o mejor dicho sin uniforme.