MORELIA, Mich., 7 de junio de 2018.- Para los pacientes que han recibido un trasplante de órgano o tejido, este acto representa el mejor regalo que hayan podido tener, ya que sin duda ha mejorado su calidad de vida.

Tal es el caso de la señora Gloria Cortés, a quien su hermana le donó uno de sus riñones en 2015, pues llevaba dos años recibiendo diálisis peritoneal; sin embargo, reconoció que el camino no fue fácil, pues duró un año en recibir el tan preciado órgano.

“Me he sentido muy bien gracias a Dios, mi vida ha cambiado para bien porque ya estoy más al pendiente de mi familia y antes era muy difícil estarme dializando todos los días, pero a partir del trasplante puedo llevar una vida casi normal”, compartió.

Por ello, no deja de agradecer a su hermana y al equipo médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Michoacán, por contribuir a que pueda llevar una mejor calidad de vida, ya que anteriormente le tocaba trasladarse hasta Guadalajara, Jalisco.

El año pasado, el señor José Mario Mora recibió un trasplante de córnea, luego de que hace 32 años perdiera la vista de su ojo izquierdo en un accidente laboral al caerle ácido percloroetileno.

“Comencé a ver al día siguiente de la operación, parecía que tenía solo una venda en los ojos. Me tocó esperar como cuatro, años pero antes ya había tenido tres operaciones”, mencionó don José, quien ahora se ha convertido también en donador de órganos.

A don José, quien no pierde el optimismo para ver la vida, esta experiencia lo cambió positivamente, ya que cuando perdió la vista de su ojo izquierdo, así tenía que seguir trabajando como chofer de un taxi para sacar adelante a su familia.

Celia Palomares es otra paciente que se ha visto beneficiada con el trasplante de un riñón, gracias a la donación de su hermana. Actualmente tiene 62 años y aún recuerda con profundo sentimiento el proceso por el que tuvo que pasar, hace una década.

“Conocí lo que era la diálisis, pero de 10 años para acá mi vida ha cambiado totalmente, pues ya no dependo de bolsas de agua o de sesiones de hemodiálisis, por eso estoy agradecida con Dios y con el IMSS”, dijo.

Al compartir su experiencia, sabe que ahora su único compromiso es cumplir con sus revisiones médicas y tomar el medicamento que le corresponde.

“Ahora depende de mí que yo cuide ese órgano que me regaló mi hermana y que gracias a Dios y a los doctores me ha dado excelentes resultados. Yo valoro mi vida más ahora que fui trasplantada que antes y seguiré caminando hacia adelante”, expresó.