MORELIA, Mich., 2 de enero de 2019.- Tres lustros después de un escándalo semejante, Sandra Luz Valencia vuelve a las andadas.

La ahora diputada al Congreso de Michoacán por Morena fue obligada por las benditas redes sociales a pagar una cuenta que dejó sin pagar en el restaurante Parrilla&Canilla.

La legisladora tierracalentana acudió el 29 de diciembre al mencionado establecimiento, en donde permaneció por unas diez horas para dictaminar el proyecto de Presupuesto de Egresos 2019… y al final se fue sin pagar, como si nada…

Quadratín publicó oportunamente la nota del desliz, y Morena se encargó este miércoles de enviar por correo una imagen que reza:

“Diputada, agradezco su gestión para que se realizara el pago del ticket pendiente de fecha 29 de diciembre, su hija personalmente lo realizó con nosotros, quedo a sus órdenes (sic)”.

No es, sin embargo, el primer affaire bochornoso que protagoniza Sandra Luz Valencia en calidad de representante popular de Michoacán.

Durante la 69 Legislatura (2002-2005) se desempeñaba como presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Michoacán, y fue destituida al ser acreditado que era aviadora de la Secretaría de Educación en la Entidad.

Y fue aquella una pifia de doble tracción, en virtud de que no solo cobraba sin trabajar como directora de una escuela, sino que la propia ley impide a los legisladores desempeñar simultáneamente otra actividad como la de docentes.

Su discurso, entonces, apeló al sentimentalismo cuando dijo que su mayor ilusión era encabezar el Congreso en las ceremonias cívicas alusivas a la conmemoración de la Constitución de Apatzingán, su lugar de origen.

Ahora le salió muy barato a la legisladora, toda vez de que no tendrá ninguna sanción en la actual Legisltura… ni Parrilla&Canilla procedió penalmente en su contra por fraude…