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MORELIA, Mich., 10 de agosto de 2022.- Familias de personas que se encuentren bajo proceso penal, sentenciados, o en conflicto con la ley que sufran sobreexposición mediática, pueden recurrir ante la justicia civil, en caso de daño moral, así sea contra las instituciones o personas particulares.
Con el argumento de mayor publicidad y posible identificación de personas en conflicto con la ley, suele publicitar su imagen, sin embargo, también hay ocasiones en que la imagen de los familiares directos o indirectos llega a las redes sociales, provocando daño moral, ataques a la imagen y su intimidad, ya sea por iniciativa de instituciones, particulares o asociaciones civiles.
Marco Lara Klahr, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México y experto en periodismo judicial, explicó que detrás de la sobreexposición mediática hay servidores públicos incompetentes que llevan la justicia a los tribunales mediáticos con la intención de dirimir su trabajo.
“En México, como en otras democracias deficitarias, el sistema de justicia penal funciona como un poderoso, burocrático y abusivo mecanismo de control social, no funciona como un recurso democrático institucional para procurar y administrar justicia, transformar pacíficamente el conflicto penal y contribuir a resarcir derechos, lo que hace es sacar el conflicto penal de su entorno institucional y pretender dirimirlo en el espacio público mediatizándolo, eso produce un daño severo de origen, genera un efecto corruptor del proceso”, declaró.
Casos como la profesora de primaria Martha Teresita C., y sus menores hijas, ejemplifica la teatralización de la justicia, ya que además de haberse encontrado a la mujer culpable, el tribunal de enjuiciamiento, su imagen se encuentra aún en internet y señalada como “la hiena de Morelia”, pese a que dentro del juicio se estableció un trastorno mental diagnosticado desde antes del triple homicidio.
Las autoridades encargadas de la impartición de justicia “lo que hacen es un proceso de politización de la justicia, echando mano de poderosas maquinarias de marketing que se basa en la teatralización de la justicia, entonces produce que las personas detenidas, imputadas de proceso penal, en prisión preventiva como medida cautelar y sentenciadas, son sometidas a todo ese mecanismo de maquila de marketing para mostrar que el sistema está funcionando, pero también para someterlos al escarnio público como un mecanismo medieval de vindicta pública, de venganza social”, explicó.
En esta venganza social, también suele funcionar como una gran barredora que puede arrastrar a todos los miembros de la familia y del círculo social inmediato de quienes están en conflicto con la ley, quienes pueden ser estigmatizados y sufrir daño moral, contra su imagen y hasta obligarlos a emigrar para evadir los señalamientos.
En estos casos, “las familias pueden ir con el juez civil, claro que lo pueden hacer, que funcione es otra cosa. (…) En el sistema de justicia siempre perdemos, ganan o pierden ante el juez, porque las víctimas se exponen a la burocracia, la corrupción, etcétera, y si pierdes, el estado te pasa encima (…)”, a lo que se suma, la falta de garantías para ejercer el derecho al olvido.
Este derecho a buscar reparación del daño ante una violación elemental o sobreexposición, también aplica para la difusión de videos de personas en estado de ebriedad de la Policía Morelia, ya que es obligación de todo servidor público garantizar que la información recabada en el equipo quede bajo reserva y solo puede acceder a este las partes implicadas y los jueces.
Publicar videos, “lo hacen claramente porque son incompetentes, esas personas si fueran competentes no estarían exponiendo a las personas, su obligación es la protección de la identidad de las personas y garantizar el debido proceso, y como una regla de trato…”, explicó el también activista social y periodista judicial coordinador del programa Nuevo Periodismo para la Justicia, de la facultad de Ciencias Políticas.
Sin embargo, antes de cuestionar los ciudadanos a las autoridades, las personas actúan como fanáticos que denigran a otras con los mismos derechos ante la Constitución, sin reparar que, en una aldea global, donde todos estamos conectados por las redes sociales e internet, se vuelve toda una rueda de la fortuna: hoy denigran y mañana se es denigrado.