En un año, reintegra DIF Michoacán a 25 niños a un hogar
MORELIA, Mich., 6 de enero de 2024. – Morelianos y turistas coinciden que para este sábado todavía no compran la famosa Rosca de Reyes, así como que en caso de sacar el famoso niño Dios, si se ponen la del Puebla con la tamaliza el día de la Candelaria.
Carlos, Roberto y Mayra se encuentran de vacaciones en Morelia y comentaron ante las cámaras que, todavía, “andamos buscando rosca”, porque al no estar en casa no saben donde comprar, pero esperan poder hacerlo por la tarde y aprovechar para convivir en familia.
En ese sentido fueron los comentarios de Mónica, Guadalupe, Leonardo y Esmeralda, quienes además aprovecharon para dar sus recomendaciones de las mejores roscas.
“Apenas voy a comprar la rosca, a mí me gusta la de con orilla de queso philadelphia y zarzamora”, expresó Mónica, con quien coincide Guadalupe, pero otros como Esmeralda y Leonardo recurren al pan tradicional a base pulpa de naranja, huevos, leche, una pizca de sal y azúcar.
Pero, ¿si cumplen con regalar los tamales el día de la Candelaria?
La respuesta de la mayoría es que sí, porque aprovechan para pasar el momento con sus amigos y familiares, degustando los tradicionales tamales de manteca o en su defecto oaxaqueños.
“Sí claro, siempre se pagan los tamales”, “los tamales verdes me encantan” y “los verdes y los rojos son los mejores”, fueron algunas de las expresiones de los encuestados por Quadratín.
¿Pero, por qué se envuelven los niños dentro de una rosca revestida con frutos secos y ate?
Su origen se encuentra en un relato, aparentemente bíblico, de tradición católica.
La historia refiere que durante la famosa Matanza de los Inocentes, que dejó escrito Mateo en su evangelio, protagonizada por el Rey Herodes el Grande quien mandó matar a todos los primogénitos, temeroso de ser derrocado por el Mesías.
“Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos” (Mateo, capítulo 2, versículo 16)
Aquella tragedia que se supone fue evitada por muchos al cubrir a los niños entre los trapos, a más de dos mil años sigue siendo recordada.