CIUDAD DE MÉXICO, 12 de febrero de 2017.- Hay un Salvador Vega que se sienta elegante en un sobrio despacho del Senado mexicano y otro que recorre las montañas y las selvas de medio mundo enfundado en unas botas de montaña y una mochila gigante.

El senador, originario de Michoacán, de 55 años, combina su afición por la fotografía con uno de los trabajos más espinosos para el país en estos momentos: la política. Sus imágenes de los rincones de Islandia, Arizona o México, han llegado a venderse por 70.000 pesos en la primera exposición que realizó en la capital.

Y aunque prefiere no mezclar la política con su vocación artística, reconoce que la fotografía le ha creado una sensibilidad especial por los temas ambientales.

Más información: El País