MORELIA, Mich., 4 de enero de 2017.- Una tradición por excelencia durante los primeros días del año y Día de Reyes es degustar en compañía de amigos, familia y compañeros de oficina la rosca de reyes, un singular pan que cuenta con muñecos de plástico distribuidos en su interior que representan al Niño Jesús, y que encontrarlo es sinónimo de invitar tamales el próximo 2 de febrero.

 

Aunque durante los primeros días del año abundan en los anaqueles de panaderías y tiendas de autoservicio, las roscas llevan un proceso complejo de preparación que toma hasta cinco horas, esto dependiendo de su tamaño, ingredientes y relleno.

 

Oliverio Cruz Gutiérrez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) en Michoacán y propietario de la panadería los Olivos compartió para Quadratín parte del proceso de preparación de las roscas de reyes, que van desde las tradicionales con ate, higo y betún encima, hasta otras que incluyen zarzamora, queso crema, nutella y fruta seca en un interior.

 

Primero se realiza una masa a partir de harina, leche y huevo, que es mezclada por un maquina por un periodo de entre 40 minutos y una hora, hasta que ésta se encuentre flexible para formar la rosca e introducir los muñecos o el relleno.

 

“Una vez que la masa está lista la llevamos a la mesa para formar las roscas, tenemos de todos los tamaños y rellenos posibles, desde hace unos cinco años este tipo de rosca se puso muy de moda, a la gente le gusta rellena de cajeta, nutella y zarzamora; sobre todo a los jóvenes”.

 

La cantidad de muñecos que lleva cada rosca es variable debido al tamaño de cada una, las grandes llevan ocho, las medianas seis y las chicas entre dos y cuatro; sin embargo, cuando tienen pedidos especiales pueden ser al gusto del cliente.

 

Después de tener la rosca lista y rellena, se cubre con una capa de mantequilla y huevo para agarrar color y la reposan, mientras preparan la masa para el betún de la rosca, la cual debe ser de sabor vainilla y se coloca en seis o cuatro partes, en las esquinas.

 

Del otro lado de la cocina, los pedazos de ate rojo, verde y los higos esperan para ser colocados encima de la rosca, los cuales deben estar distribuidos a cierta distancia para que cada rebanada cuente con una parte de betún, fruta seca y pan.

 

Una vez colocados todos los elementos, la rosca se deja reposar poco más de dos horas para que se infle sola, debido a la levadura, y los ingredientes reposen y estén listos para ser ingresados al horno por más de una hora.

 

Debido a la alta demanda de roscas por parte de oficinas, familias y centros escolares, la panadería Los Olivos llega a producir poco más de 200 roscas al día, con el fin de dar atención a la alta demanda del producto.

 

Apegado a la tradición, este pan se oferta al público solamente a finales de diciembre y principios de enero, sin embargo, debido al regreso a clases del nivel básico programado para el próximo 9 de enero, prevén realizar pedidos especiales.

 

Una vez finalizada la cocción en el horno, las roscas son empacadas en cajas y son ofertadas en la panadería y centros de distribución, a precios que van desde los 35 pesos en tamaño individual, 75 pesos la chica, 130 la medina, 200 la grande y 300 la extra grande en presentación sencilla.