MORELIA, Mich., 23 de octubre de 2017.- Hasta el 99 por ciento de las mujeres que egresan del sistema penitenciario en la entidad logra una reinserción total a la sociedad, por lo que no presentan reincidencia en la comisión de delitos, aseveró José Candelario Jaime Contreras López, coordinador del Sistema Penitenciario.
Contreras López señaló que a diferencia de los varones la tasa de reincidencia de las mujeres que han sido sentenciadas a penas corporales es mínima, debido a que los esquemas culturales y conductuales de ellas facilitan la adecuada rehabilitación.
Agregó que de cada 100 mujeres recluidas en penales en Michoacán y heredadas de los mismos sólo una reincide en la comisión de ilícitos que ameritan pena corporal, lo que atribuyó fundamentalmente a la existencia de problemas mentales que inducen el comportamiento violento.
En contraste, la tasa de varones egresados de penales en el estado que reinciden asciende al 10 por ciento, debido a que los patrones de comportamiento violento y criminal aprendidos a edades tempranas dificultan la rehabilitación total de este segmento de la población e inducen a la comisión de ilícitos sancionados con prisión.
José Candelario Jaime Contreras mencionó que no se cuenta al momento con cifras definidas en torno al número de ingresos y egresos de mujeres a los centros penitenciarios de Michoacán, si bien a raíz de la implementación del nuevo sistema de justicia penal la tendencia ha sido la disminución generalizada de personas internas en los centros de rehabilitación social.
Ello, a causa de la revalorización de las penas impuestas a las personas que han incurrido en la comisión de delitos para privilegiar la reparación de los daños ocasionados sobre la reclusión de responsables en los centros penitenciarios, con lo que además se busca abatir la sobre población en estos puntos.
El coordinador del Sistema Penitenciario señaló que parte del éxito de la rehabilitación de mujeres en centros penitenciarios en la entidad a la dotación de cursos para la adquisición de habilidades y competencias para el trabajo, a fin de que cuenten con opciones lícitas de obtención de recursos para su manutención al tiempo que se reduce la dificultad para la integración al mercado laboral formal que deriva de la estadía en centros de rehabilitación social.