¿Qué hacer en Morelia? Así son los domingos en el Centro Histórico

MORELIA, Mich., 16 de julio de 2023.- En una mañana cualquiera de un domingo a mediados de julio, el centro de Morelia parece tranquilo, de esas pausas que se dan tras la tormenta. Parece haber menos gente que otros fines de semana y eso que es el primer domingo en muchos días que no está lloviendo.
Las actividades, eso sí, son las usuales. Las personas desayunan en los portales, se ven algunos visitantes. La gente anda en las aceras y por media avenida con sus perros. Y la ciclovía dominical tiene vida con los paseantes en bicicletas, en patines y patinetas.
Para poder disfrutar de esta actividad de domingo, en una carpa hay renta de bicicletas. La cooperación es de 30 pesos por 30 minutos para las bicicletas sencillas, y para las dobles es de 50 por el mismo periodo de tiempo. Justo a un lado, hay otra carpa donde reparan las bicicletas que tengan alguna avería.
En algunos restaurantes de los portales, se reúnen músicos y cantantes para acompañar los desayunos de quienes ahí están. Algunos cantan ópera, otros un poco de rock; distintos géneros para así recordar que Morelia ostenta este nombramiento de Ciudad Creativa de la Música, que no son solo las instituciones la que deben fomentarlo sino ellos mismos como músicos.
Las campanadas de la Catedral metropolitana de Morelia anuncian, primero que ya son las 11 horas, pero también que en poco tiempo se realizará la misa, así que las personas se van preparando, unos desayunan mientras llega la hora y otros simplemente esperan en los jardines cercanos, pese a que el sol ya quema.
En la plaza de armas se escucha a lo lejos algo relativo a algún partido político. Algunos van para allá, otros lo ignoran. Mucha gente se mantiene en las bancas, sobre todo las que están bajo los árboles para cubrirse del sol. Un artista muestra sus obras en caballete mientras en los parlantes se escucha música instrumental.
Una mañana como cualquiera, donde cualquiera podría decir que no pasó nada en días anteriores, que no hay ejecuciones que dan miedo, que no se vive en una inseguridad creciente, donde ninguna autoridad del nivel que se quiera parece poder combatir, solo queda tratar de disfrutar lo más posible los espacios, y respirar profundo.