Disminuye un 2.77% la percepción de inseguridad pública en Morelia
MORELIA, Mich., 6 de julio de 2016.- Para el Congreso del Estado, el daño causado por las “pintas” es uno de los fenómenos antisociales que más agravian a la gente común por lo que quien cometa ese delito tendrá que estar en la cárcel al menos seis meses.
El pleno de la 73 legislatura aprobó un dictamen en el que se criminaliza “la rebeldía mal entendida de algunos jóvenes sin educación lacera con frecuencia espacios públicos que deberían respetarse, entendiéndose instalaciones deportivas, juegos infantiles, plazas públicas, muros de propiedad privada o transporte público. Es notorio que esta acción no es sólo una cuestión de imagen urbana sino también de afectación económica, ya que se gastan millones de pesos al año para revertir los daños”.
Los calificativos que la 73 legislatura endilga a quienes realizan una pinta no ameritaron discusión alguna y contra la prisión para ese delito únicamente fue cuestionado por las diputadas del Partido del Trabajo y fue Brenda Fraga quien propuso que quedara en reparación del daño.
Sin embargo, la mayoría de los legisladores votó porque se imponga un tercio de la pena que corresponda al delito de daño en las cosas
doloso, según el artículo 228, no pudiendo ser menor la pena de prisión de seis meses.
En el dictamen presentado por los diputados de la Comisión de Justicia se indica que el daño por medio de pintas en espacios públicos es uno de los fenómenos antisociales que más agravian a la gente común.
“La ofensa no deviene de sus consecuencias catastróficas o destructivas, sino por su repetición y cotidianeidad. Este actuar consiste en la raya de paredes, muros en templos, edificios públicos, comercios, casas, todo lo que toca, deteriora. El deterioro empieza siendo en contra de la estética urbana y sigue con afectaciones económicas en propiedad y vecindarios”.
Los diputados integrantes de esta Comisión, consideraron que la acción del daño por medio de pintas públicas se ha convertido en un problema social apoderándose de la imagen urbana, de ahí de establecer sanciones adecuadas a quienes incurren en estas conductas a fin de proteger el patrimonio particular y cultural.