Pendiente de verificación proyecto de estacionamiento del Independencia
QUIROGA, Mich., 12 de mayo de 2022.- Múltiples problemas enfrenta el comercio local, reconoce Eugenia Corral Flores, regidora del ramo, y los enumera: manipulación política, falta de infraestructura, espacios no dignos, falta de conciencia local para priorizar a visitantes, vendedores foráneos sin control, generación de basura, perros callejeros, entre otros; mientras que, la directora de Comercio, Lucia Rojas Tovar, sostiene que el Gobierno actual arrastra la inercia de cuando todo se resolvía con sobornos.
Los cientos de oferentes gastronómicos y artesanales, como principales ramas, se agrupan en cuatro uniones de comerciantes en diverso con reconocimiento oficial, más tres independientes; tres más de artesanos, una de tablajeros, y está por constituirse una más de vendedores de flores y plantas de ornato, nos dice Corral Flores.
En el ramo gastronómico habría más de 100 troncos familiares dedicados a carnitas, barbacoa y otros platillos, y de ellos, puede haber “entre 500 y 600 familias” derivadas. El caso más sonado sería el de Carnitas Carmelo, una marca que cobija a muchas familias herederas del original Carmelo y su toque en este platillo porcino. Y por el lado artesanal, para decirlo rápido, “más de la mitad de la comunidad vive de esto”, dice la regidora.
La autoridad no tiene un padrón confiable, pero “en apariencia sí lo tenemos”, ya que con el que cuentan, tendría a muchos foráneos. Como quiera, cobran ya, 10 pesos por comerciante al día, lo que ha implicado un incremento con relación a los cinco pesos que pagaban al inicio de este Gobierno que estaría comprometido con un “reordenamiento a fondo”.
En términos de Rojas Tovar, el reordenamiento trataría básicamente de regular a vendedores foráneos para que no se instalen donde se les ocurra de la vía pública. Hasta ahora, para lograr que se acaten a zonas designadas por la autoridad, han encontrado mucha resistencia, alguna incluso “muy violenta, donde tiene que intervenir seguridad pública”. Y esto ocurre con vendedores de fresas, miel, dulces, cocos, mangos y hasta con quienes insisten en vender animales en cualquier esquina. “Es un problema de todos los días”, dice la directora municipal.
Nada menos, el pasado nueve de mayo, comerciantes locales del ramo, protestaron porque productores de flores del Estado de México quisieron instalarse con 12 camionetas en distintos puntos de la pequeña ciudad. Argumentaron que ellos invertían en renta, personal, servicios y otros gastos, por lo que no aceptaban que los mexiquenses les quitaran la buena venta de esos días. Al ser abordados por la autoridad, ellos reclamaron su derecho al trabajo, y amenazaron con subir a redes sociales lo que les pareció una arbitrariedad, redes cuyo uso sorprende especialmente a la regidora, pues aquellos las usarían tanto para promover su producto como para denunciar si les impiden instalarse. El conflicto escaló e intervino la fuerza pública, pero también otras personas locales “con fines políticos que nos quieren afectar”, por lo que, a la pregunta de si hubo solución a ese caso, a coro, las dos funcionarias responden, “sí y no”.
“Antes era a la libre, y decían, ´pues te doy tanto´, las mochadas, y yo me quedo aquí; pero con nosotros no, y vienen y te dicen: es que antes yo me ponía así, y no pasaba nada”, y daban en promedio de “500, 550 o mil pesos” por día y por persona, un recurso que se quedaba “en las bolsas de los funcionarios”, comenta Lucía Rojas, por lo que cree que superar esa anormalidad sería como la joya del reordenamiento.
Para la regidora, el trasfondo de la problemática comercial sería político, pues habría personas que fueron del gobierno municipal y ahora “nos grillan a la gente, les dicen que no paguen, que no muevan su carro, que sigan ocupando banquetas, que dejen sus carretas sobre la avenida”, dice, y agrega, muy convencida, de que hay “gente por detrás que está grillando, y no podemos responder como autoridad, porque luego y luego a las redes sociales, a tacharte de abusivo”.
Por otro lado, la también comerciante señala que es heredera de “una mesita de alimentos” por cuarta generación, y que ve cómo se ha acentuado un “problema demasiado fuerte con los perros” que están invadiendo el área gastronómica, al grado que han mordido a turistas “y hasta se pelean sobre las mesas”. Y aunque “tenemos una asociación protectora de animales, Uicho, pues no hacen nada”, dice la representante.
La basura que se genera es un problema adicional, y sería tanta que algunas asociaciones de comerciantes tienen sus propios mecanismos de recolección, ya que el ayuntamiento queda superado.
Pero si hubiera que escoger entre todos, el de la dignificación de los espacios comerciales sería el problema principal, y en especial, en sitios como en Plaza de los Mártires, a un costado de la iglesia, que están en “condiciones pésimas”.
El comercio está instalado en el centro de la ciudad, sobre la avenida principal, y en pequeños tramos de calles afluentes. Fines de semana y temporadas altas, el estacionamiento de decenas de autobuses de turistas, como la circulación, son casi imposibles. Y aún cuando se acepta a la dignificación de los espacios comerciales como el principal reto, no hay inversiones ni infraestructura proyectadas.