Conectarán jóvenes de origen mexicano en EU con sus raíces michoacanas
MORELIA, Mich., 2 de noviembre de 2016.- Es comúnmente aceptado que el pan de muertos se remonta a la época prehispánica, sin embargo, esta tradición tiene una historia no tan antigua, pero de igual manera interesante, que data de 1919:
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el consumo del pan de muertos es una tradición española que tiene raíces prehispánicas, inicialmente, el corazón de una princesa era arrancado, posteriormente era depositado en un contenedor con amaranto para ser luego mordido por el que realizaba la ofrenda. Los españoles, al observar esto, se rehusaron a adoptar la práctica, por lo que comenzaron a producir panes en forma de corazón, con azúcar y con decoraciones rojas, asemejando sangre.
Uno de los elementos centrales de las ofrendas de la también tradicional Noche de Muertos, característico por su forma circular como el ciclo de la vida, con líneas a manera de huesos cruzados, así como cinco bolitas de pan que representan a los cuatro puntos cardinales, cuatro dioses: Tezcatlipoca, Tlaloc, Quetzalcóatl y Xipetotoc, unidos por una bola central que representa un cráneo.
En la actualidad, el consumo de pan de muertos sigue siendo el predilecto para estas fechas, así lo aseguraron Luis y David, panaderos locales de la ciudad de Morelia, los cuales reportaron que desde el 31 de octubre hasta el 2 de noviembre han vendido aproximadamente un millar de unidades.
De igual manera, comentaron que el proceso de elaboración del pan de muertos inicia desde un día antes, ya que se deja fermentando la masa y la levadura; al día siguiente, se rebaja con harina de maíz, agua, azúcar y posteriormente comienzan a amasarla; dejan reposar la masa durante algunos minutos para después agregarle más azúcar, sal, huevo y manteca; vuelven a amasar hasta que no se pegue en las manos; se le da forma y se agregan los saborizantes, se introduce al horno, en el que está de 45 minutos a una hora y media, lo que depende del tamaño del pan.
El proceso para hacer cien piezas dura un aproximado de tres horas en total.
“Es similar al proceso de elaboración de la concha, solo que se le agregan algunos elementos adicionales para hacer las figuras que adornan el pan, así como saborizantes de naranja”, agregaron los jóvenes panaderos.
Entre los principales clientes se encuentran jóvenes y escuelas, ya que estas últimas utilizan el pan para adornar los altares que se montan el Día de Muertos.