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MORELIA, Mich., 29 de diciembre de 2016.- Desde que tenía 13 años, Oliva Hernández Álvarez, una de las artesanas más representativas de la comunidad purépecha de Aranza, en el municipio de Paracho, ha tejido rebozos.
Los 65 años de experiencia a lo largo de sus 78 años de vida le permiten a Olivia poder enseñar a otras mujeres el arte de tejer este tipo de rebozos.
En una entrevista con Quadratín, la artesana explicó que hace algunos años podía hacer un rebozo durante una semana de trabajo, sin embargo, ahora debido a su edad y porque la vista le ha fallado, difícilmente termina uno en un mes y una semana.
Sus hijas le ayudan: les ha enseñado a tejer desde que era niñas.
Este tipo de rebozo de patakua se realiza con un telar y con paciencia se van uniendo los 240 pares de hilo bajo complicados cruces que van formando esta prenda de vestir considerada de alta clase.
La artesana explica a Quadratín cómo se clasifican: “están los que llevan relindos, también los lisos, pero los que llevan más trabajo son los que se llaman ‘de puro calado’, es puro tejido y solo en la punta que se llama cenefa, lleva relindos”, indica.
La UNAM Centro Cultural Morelia le rindió un sencillo homenaje a principios de diciembre, donde también se expuso parte del trabajo de la artesana de Paracho.
Los costos de un rebozo oscilan entre los 2 mil y 3 mil 500 pesos, sobre todo por el tiempo que se le dedica a cada prenda, “es muy laborioso”. Sin embargo con frecuencia se encuentran con personas que no valoran el trabajo.
“Imagínese estar trabajando una pieza en un mes para que no la valoren, en sí es la mano de obra, no tanto el material. Hace falta promocionar, promover este trabajo, que logre ir más allá de las fronteras”, finalizó.