MORELIA, Mich., 15 de septiembre de 2018.- El miedo paraliza, cambia la forma de mirar, resta libertad y alegría. Superar ese sentimiento de terror es la primera victoria frente al terrorismo. Morelia superó la dura prueba como otras grandes ciudades del mundo; Londres, París, Berlín o Barcelona. Los michoacanos se levantan y deciden vencer el horror, hacerle frente a quienes buscaron a la fuerza que se bajara la cabeza.

Frente a la siembra del miedo solo cabe superarlo y seguir haciendo lo mismo que se hace en víspera del 15 de septiembre; los michoacanos lo entendieron. Banderitas de México, cintillos, sombreros, bigotes, bocinas y pinturas para la cara adquirieron los mexicanos para celebrar el júbilo de la independencia, esa que Allende, Hidalgo, Guerrero y Morelos regalaron a esta patria. Seguramente, los próceres estarían orgullosos de la valentía con la que en Morelia afrontó la descarga de ira desmedida de Los Granadazos.

Nuevamente, la plaza Melchor Ocampo, en pleno Centro Histórico de la ciudad está lista para recibir este sábado a una multitud que esperará las 23 horas del para gritar al unísono: ¡Viva México! al mismo tiempo que se eleva la bandera roja, verde y blanca sobre el aire que hace diez años se empañó por el humo y la pólvora de granadas fragmentarias lanzadas contra el júbilo del pueblo.

 

Sara Calvillo de Bautista decidió, este año, regresar a la plaza justo frente al Palacio de Gobierno de Michoacán y a un costado de La Catedral. La comerciante, de 51 años, se había mudado de lugar y junto a ella su ambulante repleto de globos, burbujas y otros juguetes para nños. Como nómada, ella se estuvo moviendo por varias zonas para no volver a pisar en septiembre los rastros de la tragedia.

“La gente que se concentraba en la plaza para el Grito de la Independencia era menor, nada comparada a la multitud de hace una década, pero ya volvió a venir. Hasta uno mismo sentía la plaza triste, pero ya no. La alegría se vuelve a respirar, son nuestras únicas festividades y hay que celebrarlas por todo lo alto. No siento miedo, yo solo me encomiendo a Dios y sigo de pie”, cuenta a Quadratín la mujer que tiene 28 años ofreciendo su mercancía con un carrito blanco.

Estela Flores busca en el Centro disfraces de héroes para sus hijos. Asegura que ya está lista para conmemorar junto a su familia en las calles de Morelia, las Fiestas Patrias. “Podemos tener miedo, pero debemos tener más dignidad que miedo”, comenta.

Para Francisco Castellanos fue más fácil superar el temor entre la ciudadanía de Michoacán, en comparación con las víctimas y sus familiares. “Ellos viven con un dolor incrustado en sus memorias, por eso es muy importante no dejarlos solos. No se les puede olvidar, ellos también son nuestros héroes”, asegura.

María del Rocío, de 44 años, es otra vendedora que hace vida en la avenida Madero desde hace dos décadas. A ella le encanta su trabajo, porque se gana el sustento de su hogar vendiendo banderas y a la vez disfruta de los espectáculos.

“Hoy volvemos a salir con la tranquilidad, con la certeza de que no volverá a ocurrir nada malo. Los michoacanos entendimos que la Virgen de Guadalupe no permitirá más sangre en nuestras calles”, dice la comerciante.

Ella aconseja que no se puede vivir con la condena del odio. “Hay que pasar la página sin olvidar, se debe renacer”, comenta. Da fe de que sí se puede superar el trauma. Junto a su familia vivió los minutos de terror de la noche de El Granadazo, ahora diez años más tarde vuelve a tener seguridad. Siente confianza.