“No nos alcanzarán…”, advierte Alfonso Martínez
MORELIA, Mich., 7 de mayo de 2021.- Pese a los reiterados discursos de inclusión, emitidos por autoridades de distintos órdenes de gobierno, la infraestructura vial de Morelia no está diseñada para que las personas con discapacidad puedan transitar en forma segura, autónoma e independiente por sus calles y espacios públicos.
Residentes en Morelia con alguna discapacidad coincidieron además que las obras con que se pretende fomentar la inclusión están enfocadas a quienes tienen discapacidad motriz, y están hechas sin considerar las necesidades reales de esta población.
Una ciudad no apta para recorrer en silla de ruedas
“Por una parte, yo me sé mover sola, pero, por otra, las banquetas están muy feas y me es difícil subir al transporte público, algunos chóferes son amables y me esperan, otros ni siquiera quieren brindarme el servicio, y aunque el taxi es más accesible, es muy caro”, explicó Fátima Riva, ama de casa, con un diagnóstico de mielomeningocele que me impide caminar.
Aunque su condición no le impide ser autosuficiente, en momentos es como si la ciudad se empeñara en hacerle las cosas más difíciles, con dependencias, oficinas y negocios que no siempre tienen rampas y que, cuando las tienen, no siempre son funcionales.
“A veces es complicado bajar y subir de las banquetas, sobre todo porque las unidades del transporte público no nos dan espacio y está el riesgo de que nos atropellen, mientras que en las oficinas y los hospitales, algunos están bien, tienen pasos para nosotros, pero otros son puras escaleras”, refirió.
“Es un poco difícil, pero de que se puede se puede, hace falta más sensibilidad y accesibilidad, más oportunidades de trabajo, ya que no todas las personas con discapacidad tuvimos forma de estudiar lo suficiente”, expresó Fátima Riva.
Accesibilidad, a medias
Para la construcción y rehabilitación de calles y espacios públicos en Morelia, los gobiernos se han enfocado mucho en hacer infraestructura que facilite el desplazamiento de personas con discapacidad motriz, y han dejado fuera a quienes enfrentan otras formas de discapacidad, señaló José Reyes, comerciante de 35 años y también afectado por mielomeningocele.
Más aún, inclusive esta infraestructura no responde a las necesidades de quienes se desplazan en silla de ruedas, muletas, bastones o andaderas, ya que es diseñada bajo los estándares de personas sin restricciones en su motricidad.
“Si Morelia tiene infraestructura para la inclusión de las personas con discapacidad, depende de qué discapacidad hablamos, porque se han enfocado en la construcción de rampas, pero hay alcantarillas con bordes o agujeros donde se atoran los bastones de quienes tienen discapacidad visual, no hay sensores en los semáforos para quienes tienen discapacidad auditiva, y así hay barias carencias, pero también las rampas que se ponen en las oficinas y los negocios a veces están muy inclinadas, las banquetas muy altas o muy bajas, rampas insuficientes y calles sin espacios, especialmente fuera del Centro Histórico, en las orillas del municipio”, detalló José Reyes.
Insistió en que en Morelia “la accesibilidad es a medias”, por lo que se precisa de hacer un censo o un recorrido con las personas que realmente necesitan de la infraestructura, que “está hecha a modo de personas que no tienen discapacidad o como se les ocurre”.
La discapacidad empieza con la limitación
Abordar el transporte público. Sentarse en el inodoro. Ocupar una banca pública. Caminar por las calles. Bajar una escalera. Actividades todas cotidianas y que las personas hacen casi sin pensarlo, pero que para Gema Méndez, psicóloga clínica y paciente de acondroplasia, una forma de enanismo, son un reto.
“Te preguntarás qué discapacidad tiene una persona que no usa bastones, sillas de ruedas, aparatos auditivos, u otros, pero la discapacidad comienza desde qué hay limitantes que entorpecen alcanzar un objetivo, y para mí hasta ir al baño es un reto, sentarme en un mueble donde me cuelgan los pies”, mencionó.
Gema Méndez señaló que es fundamental que las personas tengan en consideración a la población con discapacidad no sólo en las fechas conmemorativas, sino todos los días, y no únicamente algunas formas, sino todas las manifestaciones, inclusive algunas que no se califican como discapacidad, pero ocasionan efectos similares.
“La discapacidad es un reto desde que las personas despiertan. Y tenemos que reconocer todas las formas de discapacidad, estanos observando q la vejez también puede ser equiparable con la discapacidad, y se debe fomentar el respeto, porque no puedes pedir a todos que se muevan al mismo ritmo que tú, precisamos de una sociedad más humana, donde se respete las condiciones de cada uno y se incluya a todos”, explicó.