Michoacán, a 10 años del surgimiento de las autodefensas

MORELIA, Mich., 24 de febrero de 2023. - A 10 años de haber surgido el movimiento de autodefensas en Michoacán, pocos quedan vivos y gozan de libertad, algunos han muerto, dos cuentan con orden de aprehensión, otros viven bajo el asedio de las autoridades y otro hasta fue candidato a Gobernador. Pero su ejemplo pervive, hay grupos iguales a lo largo del Estado.
El 24 de febrero del 2013, un grupo de hombres sorprendió a todo el país, como pronunciados de la Revolución Mexicana, se levantaron en armas para reclamar paz y seguridad, la detención de los generadores de la violencia y fin al cártel de los Caballeros Templarios.
Los argumentos esgrimidos por el grupo de hombres, en su mayoría pequeños y grandes productores de cítricos, no era distinto al del reclamo social generalizado en Michoacán, que vivía, más o menos como ahora, bajo el asedio de las extorsiones, secuestros y cobros de piso a los empresarios y ciudadanos en general.
Pronto cobraron notoriedad personajes como José Manuel Mireles, ya fallecido; Juan José El Abuelo Farías; Mario Alberto Álvarez Espinoza, mejor conocido por su mote de El Metro; Lorenzo Barajas Heredia, exalcalde de Buenavista, asesinado; Hipólito Mora, sobreviviente a diversas agresiones y excandidato a Gobernador en el proceso electoral 2021; Estanislao Beltrán, mejor conocido por el mote de Papá Pitufo; Alberto Gutiérrez, el Comandante 5 y de que poco o nada se sabe.
También destacan los nombres de Luis Antonio Gutiérrez González, El Americano; Fructuoso Comparan García, detenido y extraditado a EU, exalcalde de Aguililla, detenido y procesado por las autoridades estadounidenses; Cemeí Verdía, autodefensa de Ostula, en la Costa; y, los hermanos Sierra Santana, actuales objetivos prioritarios.
Para el ojo del periodista Pascal Beltrán del Río, las autodefensas lucían igual que otros cárteles: civiles a bordo de camionetas usurpando las funciones del Estado con armamento de uso exclusivo del Ejército que nadie sabe de dónde obtuvieron.
Sin embargo, para Jesús Lemús, periodista michoacano, para comprender este movimiento habrían tenido que vivir en Michoacán.
“Hay que estar en Michoacán para entender el movimiento. Era genuino cuando nació; si había la intención de cambiar las condiciones de seguridad, porque el estado no podía garantizarla y enfrentar al narcotráfico, pero el Estado Mexicano los tomó como carne de cañón”, dijo en entrevista para Quadratín.
Sin embargo, también reconoce que, para poder sobrevivir, en medio del caos, el movimiento se transformó y algunos de sus líderes optaron por el cobijo del crimen organizado o algunas otras actividades, que calificó como oscuras.

No obstante que algunos líderes cambiaron de bando, otros murieron, unos más viven a salto de mata porque son acosados por las autoridades o se institucionalizaron, Jesús Lemús, asegura, se han documentado la existencia de 42 grupos semejantes en diversas comunidades de la entidad, de los cuales siete buscan evitar ser infiltrados por las organizaciones delictivas.
Pero el movimiento trascendió, el modelo se replicó en otros estados como Chiapas, Oaxaca, Nayarit, Sonora, Veracruz y Tamaulipas, pero el modelo no ha logrado ser reconocido hasta el momento por las autoridades federales.
Y pese a la lucha, a una década de inicio, las condiciones en Michoacán no han cambiado sustancialmente, antes eran los Caballeros Templarios, ahora son muchos grupos distribuidos a lo largo y ancho del estado.
Por ejemplo, en Zamora se presume hay presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación y del grupo Mario Alberto Álvarez Espinoza, mejor conocido por su mote de El Metro, que cuenta con orden de aprehensión.
En la región oriente se habla de dos al menos tres grupos, el Cártel Jalisco, Los Correa y la Nueva Familia Michoacana; en Tierra Caliente se disputan el territorio el Cártel de Los Viagras y el Cártel Jalisco.

Además del Cártel de Zicuirán, las células independientes que operan en la región Centro de Morelia, Los del Cerro y Cárteles Unidos, así como del Cártel Jalisco Nueva Generación, solo por mencionar los grupos que se han dado a conocer en diversos medios de comunicación.
Por ello, concluye el autor de El Licenciado, “no cambió nada en Michoacán, sigue en las mismas condiciones de violencia; los grupos de narcotráfico operando de la misma manera; tenemos un Gobierno ajeno a las necesidades de los michoacanos”, finalizó.