MORELIA, Mich., 11 de septiembre de 2018.- Todas las mañanas ella está ahí. Es como el café que no falta en el desayuno de los mexicanos. A las 9 en punto su sonrisa comienza a cautivar a toda la audiencia con un programa que celebra 20 años y en el que se mantiene desde aquel agosto de 1998. Andrea Legarreta ya suma 45 años de trayectoria. Y no es que sea una anciana. Simplemente inició su trayectoria a los dos años como modelo en comerciales. Ahora es la estrella de Hoy y una de las más admiradas en la televisión de nuestro país. Aquí sus impresiones para Quadratín, desde las grabaciones del show en Ciudad de México.
 
¿Qué significa para ti estar al frente de los espacios más vistos en el continente?
—Yo me siento muy afortunada. Creo que ser una de las pocas personas que han trabajado tantos años en el mismo sitio es una bendición. También me satisface mucho el hecho de llegar a tantos hogares, tantos sitios donde hay un televisor. Es que la gente, con el paso del tiempo, nos ha ido adoptando y nos siente parte del público. Es muy hermoso recibir el cariño de personas que no te conocen, pero que te sienten suya. A la vez es una responsabilidad, porque el ser una influencia en ellos debes tener cierta conciencia a la hora de hablar o emitir un comentario.
En dos décadas, ¿cuál ha sido tu principal desafío?
—Sin duda, mi desafío ha sido cambiar, adaptarme. A veces uno tiene dos opciones: renovarse o morir. Yo he tenido que adaptarme a las formas de hacer televisión, acostumbrarme a nuevos compañeros e involucrarme con las redes sociales, que ahora son parte del día a día.
¿Cómo haces para compenetrarte con cada compañero y adaptarte a los cambios?
—La actitud es todo. Así he salido ante situaciones tan complicadas, errores y ante el éxito. Porque me ha tocado comprender que el hecho de tener un trabajo tan lindo y tan importante como este no te hace más que otras personas. El haberme equivocado tampoco me hace menos. Todos somos seres humanos, somos iguales.
Muchos de tus compañeros pecan en el ego. ¿El hecho de estar expuesta durante tanto tiempo en un programa tan exitoso, ha hecho que tus emociones se tambaleen?
—La verdad es que yo trabajo en el medio desde que era una niña. Entonces he pasado por muchas etapas. Mis inicios fueron complicados, pero me ayudaron grandes maestros. Me enseñaron, al igual que mis padres, que este es un trabajo como los demás. Lo que pasa es que todo mundo nos ve. Yo jamás me he sentido una estrella, nisiquiera en las telenovelas tan importantes y exitosas como las que he estado. Mi prioridad no es estar en la TV, no estoy ahí porque quiero ser famosa. Estoy ahí porque forma parte de mi vida; pero lo más importante que tengo es mi familia.
 
¿Y cuánto ha cambiado la televisión desde 1998 hasta ahora?
—Han cambiando muchas cosas, quizás hay cierta evolución en unos aspectos, pero en otros no. Cuando nosotros iniciamos el programa duraba siete horas al aire; había secciones que duraban hasta 15 minutos. Ahora duran máximo tres. El ritmo con el que la gente vive es distinto al de hace 20 años, entonces el ritmo con el que consumen televisión es otro.
¿Cuánto has cambiado como persona, como mujer?
—Ufff. Una barbaridad. En Hoy me pidieron matrimonio, ahí anunciamos que íbamos a ser padres. Obvio hay más madurez, serenidad, más ganas de vivir y menos de juzgar. Hay más aceptación. Los cambios han sido internos. La gente me dice que yo no cambio por fuera (risas).
Andrea ante las cámaras es realmente divertida, ocurrente y espontánea ¿o es un personaje?
—No, no. En el programa lo que necesitamos es justamente que nos den libertad de ser como somos, sin guiones o directrices. Cuando cometemos errores es nuestra responsabilidad. Igual pasa con los comentarios.
¿No te aburre tener todos los días la misma rutina, levantarte tan temprano, estar tanto tiempo en un estudio?
—Pues no. Creo que cualquier mamá que trabaja quisiera tener un trabajo así, en el que ya a las 12 horas estén afuera. No es una rutina en realidad porque los programas en vivo no la tienen.
¿Por qué la prensa rosa insiste en enemistarte con Galilea Montijo?
—Siento que tristemente hay ciertas personas a las que les gusta que haya conflicto. La gente de los medios tienen formas distintas de comunicar. Al ser Gali y yo, conductoras tan conocidas, para ellos resulta mejor escribir que somos enemigas a decir que hay una relación muy bonita. Y te digo la verdad, nada de eso que puedan decir, no nos quita el sueño. Galilea y yo nos queremos más allá de lo que el público pueda ver; yo la admiro mucho, la quiero.