Involucrarse y no criticar, actitud ideal ante la tecnología y los hijos

MONTERREY, NL., 18 de diciembre de 2019.- El camino a tomar en el tema de los hijos y su relación con la tecnología no debe ser el de la crítica, el juzgar y señalar todo como negativo. Involucrarse es la clave para hacerles sentir en confianza y así cuenten qué están haciendo cuando navegan en la red.
La antropóloga cultural del uso de las tecnologías y profesora en la Universidad de California Irvine, Mizuko Ito, explicó en entrevista exclusiva para Quadratín que si los padres y profesores se toman el tiempo para realmente conectarse y escuchar, los niños descubrirán una forma de relacionarse con los adultos y divertirse juntos.
“Esa situación es mejor que recibir un regaño. Lo principal es interesarse y preguntarles qué les gusta, qué hacen en línea. Hay una brecha generacional que debemos romper, pues los mayores constantemente asumen que lo que los niños están haciendo en la computadora es negativo o una pérdida de tiempo. Entonces, primero, tomar una pausa y entender, antes de juzgar”, apuntó la experta.
La tecnología y el aprendizaje
Usar el poder de las tecnologías y el gusto de los niños por ella dentro del salón de clases solo puede generar una cosa: potenciar el aprendizaje. En investigaciones realizadas por Ito, quedó comprobado que cuando una persona joven está interesada, está motivada y aprende mucho más.
La escritora de ocho libros, todos relacionados con la educación, los niños y el mundo digital, indicó que, sin lugar a dudas, la tecnología ha transformado el aprendizaje.
“Simplemente el hecho de que busquemos algo en Google o un video en Youtube para aprender o resolver problemas, ha transformado radicalmente el acceso a la información. El reto es desarrollar nuevas habilidades para tomar las mejores decisiones y así mantenernos conectados a través de generaciones”, afirmó.
Los mentores en la vida de los niños, por lo tanto, también han cambiado. Ya no son solo los padres y los maestros (que se mantienen como el número uno dentro de la formación de un ser humano), sino también las personas que pertenecen a comunidades que son de interés de los jóvenes.
“Los nuevos mentores son entrenadores, artistas, cualquier conocedor profundo de las áreas que llaman la atención a los niños (…). Por ejemplo, si un pequeño está realmente interesado en el Animé y pertenece a distintas comunidades en línea, pueden conectarse con personas específicas que tienen mayor conocimiento del tema”, identificó la antropóloga.