MORELIA, Mich., 19 de septiembre de 2020.-Jesús, un joven con padecimiento renal, ya no quiere vivir.

Apenas tiene 19 años y se resiste a recibir el tratamiento de hemodiálisis, la única herramienta que lo mantiene con vida.

Jesús es solo uno de los 35 enfermos renales que se atienden a través de la Fundación Cáritas.

Son pobres, muy pobres, en su gran mayoría. Son los que ya no tiene acceso a ningún servicio de salud.

Son los que quedaron en el desamparo médico, luego de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador decretará la desaparición del Seguro Popular.

Hasta el momento, seis de ellos han muerto, solamente en fechas recientes, consigna el padre Miguel Gaona, de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Morelia.

A través de la conferencia de prensa semanal, el padre Gaona no encuentra explicación al fenómeno, pero atribuye a una posible cuestión sicológica de los pacientes que por su condición endeble, no tiene intención de acudir al Hospital Civil, nosocomio convertido en punto covid19.

Tampoco pueden asomarse a un hospital privado, dado su pobreza y los altos costos que ahí se registran.

Desconoce si hay indiferencia del sector salud hacia los pacientes renales, debido a que los enfermos de covid19 jalan la mayoría de los esfuerzos y recursos médicos, pero de ser el caso, demanda a la Secretaría de Salud que haga extensiva la atención a hipertensos, enfermos de cáncer, diabéticos, renales…

Acompañado por el Arzobispo Carlos Garfias Merlos, el encargado de la Pastoral Social narró el viacrucis de los enfermos renales.

Dijo que hay quienes requieren de hasta 4 sesiones por semana, cada una con un costo de mil 300 pesos.

Y ahí es donde saltó su preocupación, no hay recurso que alcancé para la atención de los enfermos.

Manifestó que la Pastoral  Social y  Caritas apoyan con el agua para la diálisis, pero no alcanza para las máquinas, para el pago o renta.

Por eso lanzó el llamado de auxilio para que los ciudadanos de buen corazón apadrinen a alguno de los enfermos, con lo que se pueda y esté el alcance.

Los padrinos, explicó, apoyan para el pago de las hemodiálisis.

Invitó a quienes quieran ser padrinos, acudir a la Fundación Cáritas, en la calle Zaragoza, número 235, interior 2, en el centro de la ciudad.