Exige diputado suplente del PT su inmediata integración al Congreso
MORELIA, Mich., 15 de abril de 2019.- La iniciativa del diputado Hugo Anaya para agregar un párrafo al artículo segundo de la Constitución del Estado para garantizar la vida desde la concepción hasta la muerte natural es regresiva y anticonstitucional, afirma la asociación Humanas sin Violencia.
En una carta abierta que posteó en su cuenta de Facebook, la organización defensora de los derechos humanos de las mujeres señala que la iniciativa atenta y contraviene los principios de progresividad y no regresión en materia de derechos humanos, así como el control de convencionalidad y el principio de regularidad constitucional.
La misiva está dirigida a los diputados integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso del Estado Érik Juárez, Alfredo Ramírez, Marco Polo Aguirre, Javier Estrada y Brenda Fraga, a la que se turnó para dictamen de si hay o no lugar a esa discusión.
Humanas sin Violencia señala que la defensa de los derechos humanos de las mujeres será a través de su voz, teniendo la oportunidad alzarla en contra del atropello que se pretende con dicha iniciativa.
“Consideramos que ustedes cuentan con las herramientas legislativas para desecharla desde la comisión, y con ello posicionarse y establecerse como aliados de todas las mujeres michoacanas e impedir que niñas, adolescentes y mujeres sean criminalizadas por partida doble, agredidas sexualmente y llevadas a la cárcel al intentar acceder a un aborto, que además será clandestino y en condiciones de inseguridad, lo que atenta contra su vida”.
El diputado del Partido Acción Nacional presentó su iniciativa de ley al pleno de la 74 Legislatura en la sesión del pasado 11 de abril, en un nuevo intento por sancionar el aborto, ya que en diversas legislaturas los panistas han presentado al menos otras tres iniciativas en esa misma línea.
De prosperar la iniciativa, el párrafo que se agregaría al artículo segundo de la Constitución diría: En el Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo se reconoce, protege y garantiza el derecho a la vida del ser humano desde el momento de la fecundación y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural, como valor fundamental que sustenta el ejercicio de todos los demás.