MORELIA, Mich., 7 de junio de 2018.-   El consumo de agua potable embotellada en México se incrementó entre 2015 y 2017 en un 7.77 por ciento, de acuerdo con él Módulos de Hogares y Medio Ambiente (Mohoma), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Ello representa el paso del 70.8 por ciento al 76.3 por ciento en la proporción de hogares en el país que recurren al consumo de agua embotellada o en garrafón de manera recurrente, señaló el Inegi.

Este fenómeno no se limita al área urbana, ya que en el área rural  poco menos del 50 por ciento de las familias consume agua embotellada.

El Mohoma precisó que los motivos de la población para optar por la ingesta de agua embotellada, pese a contar con acceso a la red pública del líquido, se han mantenido constantes en las últimas evaluaciones, desde 2011 hasta 2017.

Destaca la preocupación por el impacto adverso que en la salud tiene el consumo de agua del grifo, en un 69.4 por ciento de los casos, en tanto que para el 19.6 por ciento de los hogares que utilizan agua embotellada la razón de su preferencia es el color, sabor o aspecto del líquido obtenido de la red pública de abasto.

Si bien de forma histórica la posibilidad de tener un grifo conectado a la red pública de agua implicaba el acceso a líquido con la calidad suficiente para beberlo, esta tendencia en el país se ha revertido, observó el Inegi.

El crecimiento en el consumo de agua embotellada conlleva consecuencias varias, entre las que mencionó el gasto que genera para los hogares.

Mientras que el promedio del costo del servicio de agua potable para los hogares mexicanos es de 41 pesos por semana, por concepto de agua embotellada el gasto es de 52 pesos por semana, un 29.27 superior.

Asimismo, el gasto en agua embotellada promedio semanal corresponde al 8.41 por ciento del salario mínimo equivalente al periodo de referencia, en tanto que el gasto conjunto por agua embotellada y de la red pública alcanza el 15.03 por ciento.